Cuando los 'mejores amigos' de los indigentes se quedan fuera de los albergues
La campaña de la entidad FAADA busca que las personas sin hogar con sus animales puedan acceder a refugios
Las personas que se han visto abocadas por las circunstancias que han sufrido a vivir en la calle a menudo tienen un apoyo que les da todavía un motivo para seguir luchando. Esta razón es su perro. Pasan con ellos 24 horas al día y ocurren a menudo su única familia, su amigo y compañía. El problema llega cuando en épocas tan frías como las actuales, los animales no pueden acceder a la mayor parte de los refugios por gente sin hogar. Muchas de estas personas prefieren renunciar a dormir calientes para no tener que separarse de su perro. En Tarragona, la Casa de Transeúntes y otros espacios sociales no pueden aceptar la entrada a los animales. El protocolo no oficial que, actualmente utilizan, cuando una persona quiere hacer uso del servicio es «contactar con la protectora de Tarragona para pedir que el perro pase allí unos días» según explican fuentes de este recurso social. La mayoría de personas que viven en la calle declinan esta oferta.
Oscar encontró a Moreno escondido en unos matorrales en la playa, estaba abandonado, con comida se ganó su confianza. Desde aquel momento que él recuerda como «mágico» no se han separado, excepto cuándo el Oscar tuvo que entrar en el hospital «Cuando no lo tienes al lado es muy fastidiado, para él y para mí, yo estoy triste y él también». Oscar añade «Sabes que te enseña un perro lealtad, amistad, él lo da todo por ti, en la soledad, es lo mejor que tienes»
Este es uno de los testimonio de un indigente de la ciudad de Barcelona que recoge la organización de protección Animal FAADA con un proyecto que lleva el título de #millorsamics y que busca facilitar alojamiento a personas sin hogar con sus animales en los albergues y en las viviendas sociales en toda Cataluña. La entidad asesora a todas aquellas entidades que, en sus centros, quieran ofrecer opciones a las personas vulnerables que comparten su vida con animales.
Extender el proyecto a otros lugares de Cataluña
Entre las acciones, esta entidad también busca establecer colaboraciones con Banco de Alimentos a fin de que también tengan acceso a alimento para animales así como otros acuerdos para ofrecer una atención veterinaria que a menudo no pueden asumir a las personas sin techo. FAADA que tiene en marcha una prueba piloto en Barcelona, donde por primera vez una persona sin techo ha podido dormir con su animal en un centro social del Ayuntamiento de Barcelona, busca ampliar esta colaboración para evitar el número de animales que quedan desamparados por falta de recursos.
Desde la entidad, Noe Terrassa, Técnica de animales domésticos y coordinadora del proyecto explica que «actualmente existe un nicho de falta de regulación con respecto a la entrada de los animales en estos centros, es decir, no hay una normativa que lo prohíba y acaba dependiendo de la decisión de la dirección». Aunque el proyecto se está centrando de momento en la ciudad de Barcelona, donde prevén en 2019 habilitar ya dos centros que acepten perros esperan poder llegar también a Tarragona y apuntan que «ofrecemos desde ya nuestro asesoramiento a administración y centros privados con el fin de gestionar esta problemática que deja a muchas personas doblemente discriminadas por el hecho de tener un perro». En realidad aseguran que «es una gestión que tiene una fácil solución con un acompañamiento profesional con el fin de evitar problemas» y permite «respetar el vínculo entre la persona y su única compañía».