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El inesperado peligro para nuestro perro durante la primavera
La temporada más cálida implica toda una serie de riesgos que podemos prevenir o minimizar
La primavera y el verano es un momento perfecto para disfrutar de la naturaleza con nuestro perro. El buen tiempo nos da la posibilidad de realizar largos paseos o disfrutar de espacios al aire libre donde los animales pueden jugar y quemar la energía. Sin embargo la primavera y el verano, llevan una serie de riesgos que podemos prevenir o minimizar.
El primer riesgo son los parásitos . Es con el calor cuando pulgas y garrapatas aparecen con más fuerza. Proteger y prevenir son palabras claves.
Las pipetas que actúan en el ámbito externo como repelente e insecticida, son una excelente alternativa para mantener a pulgas, garrapatas y otros parásitos alejados de nuestros amigos de cuatro patas.
El segundo riesgo es el mosquito de la leishmaniosis . Aplicar periódicamente productos repelentes e insecticidas sobre las casetas y el animal (hay que consultar al veterinario) y, evitar, en la medida en que sea posible, que los animales duerman al aire libre, dada la actividad nocturna del mosquito son factores que pueden ayudar a prevenir este riesgo.
El tercer riesgo es la procesionaria de la que ya hablamos. Son un riesgo real para nuestros animales de compañía y también para las personas. La mejor prevención es evitar las zonas de pins y estar alerta en áreas donde dejan libre nuestro perro.
Las espigas
Y el cuarto riesgo que queremos destacar es el que comportan las espigas y que puede pasar de manera totalmente inadvertida. Son un elemento, a primera vista, inofensivo pero puede comportar gravedad por|para la salud del animal
Por su forma, vuelan con mucha facilidad y es muy posible que se claven en la piel, las orejas o la nariz de nuestros felpudos. Si se introducen en el organismo del animal puede ser un riesgo real incluso por|para su vida. El problema de las espigas es que por|para su morfología tan pronto como entran en contacto con el animal no retroceden, sino que van escalando por el pelo con cada movimiento hasta dar con la piel, y después penetran en su organismo sea atravesándola, o a través de ojos, oídos, fosas nasales, boca o heridas cutáneas. Si no detectamos el problema, la situación puede poner en peligro la vida de nuestro compañero.
Espigas a los oídos
Si el animal empieza a mover la cabeza bruscamente mientras estamos en la calle o poco después de subir a casa, casi con toda seguridad nos encontraremos con una espiga dentro del oído. Hace falta actuar rápidamente y acudir al veterinario para que lo extraiga, como más tiempo pase, más dolorido estará el animal y más profundamente estará alojada la espiga, por lo que habrá más riesgo que se desarrolle después una otitis e incluso a veces una perforación del tímpano.
Espigas en las fosas nasales
Otro lugar donde pueden dar problemas las espigas es al entrar por la nariz. Los síntomas serán estornudos. Si la espiga no sale puede progresar hacia la faringe y tragarse, o aspirar al sistema respiratorio. La exploración siempre se tiene que hacer bajo anestesia. Hace falta que el veterinario actúe, cuando la localice, si puede lo extraerá con unas pinzas especiales pero si ha avanzado mucho, puede requerir intervención quirúrgica.
Espigas en los ojos
Cuando las espigas se introducen en los ojos, se quedan alojadas dentro del párpado o entre el globo ocular y el párpado. Notaremos que el animal tiene el ojo medio cerrado y muy inflamado. Una espiga en el ojo producirá un gran dolor en el animal si no se actúa con celeridad, puede acabar ocasionando una úlcera en la córnea.
Entre las recomendaciones para evitar el riesgo de las espigas está no pasear porcampos con gran concentración de espigas. También revisar el cuerpo y los orificios del perro después de cada paseo. Es importante cepillar enprofudidad a nuestro perro al menos una vez al día.