¿Qué hay que saber cuando llega un bebé a una familia con perro?
No se puede esperar a realizar todos los cambios de golpe cuando el pequeño ya esté en casaa
La llegada de un bebé a un hogar donde vive uno o más perros es un momento importante. Poder crecer con un perro es muy positivo para los niños dado que aprenden muchos valores positivos como la empatía, la responsabilidad y también el amor por los animales. Entre los beneficios, la salud de uno neonatal queda reforzada gracias a la convivencia con mascotas, según los resultados de un estudio de la Universidad de Kuopio (Finlandia), publicado en la revista Pediatrics. Para eso, los científicos realizaron un seguimiento de 397 bebés, desde antes de su nacimiento hasta en cumplir el primer año de vida.
Sin embargo, es importante saber que la relación que se establezca entre los dos dependerá, en gran medida, a parte de la edad y carácter del perro, de la gestión de la relación y del equilibrio entre las necesidades a cubrir del animal de compañía y las del recién nacido.
La llegada de un bebé es un cambio muy grande a la vida de una familia con respecto a rutinas, tiempo y prioridades. A veces creemos que nuestro perro ya hace mucho tiempo que convive con nosotros y la llegada de un niño pequeño no le afectará. La realidad es que de repente, su mundo puede cambiar radicalmente y eso sí les puede afectar. Quizás los padres tienen menos tiempo para dedicar a pasear, están más cansados para jugar con el perro, cambia el lugar dónde acostumbraba a dormir el animal o bien, ya no pueden entrar en algunas habitaciones o subir al sofá. Además, cuando los bebés empiezan a crecer y ser más activos, empezarán a gatear y moverse de manera impredecible, cogiendo todo lo que haya a su alcance, tocar al perro y sus juguetes e incluso su propia comida.
Cada familia es un mundo pero lo que todos los expertos apuntan es que la adaptación y los cambios tienen que realizarse progresivamente. No se puede esperar a realizar todos los cambios una vez el pequeño ya esté en casa. A continuación, compartimos algunos aspectos básicos a tener en cuenta pero es importante dirigirse a un especialista en comportamiento animal con el fin de estar tranquilos con perro y bebé en casa si tenemos alguna duda.
Dar a conocer olores y nuevos objetos
Permite a tu perro huela las cositas del bebé antes de llegar a casa. Igualmente, puedes empezar a utilizar los geles, cremas o perfumes destinados al cuidado diario de tu niño, para que a tu perro le resulte familiar su olor llegado el momento. También sería positivo llevar un pañal utilizado del hospital antes de la llegada de la madre y el pequeño.
Presentar al niño
Cuando llegamos del hospital, el primero que tienen que hacer es saludar al perro como si nada hubiera cambiado. Después, de forma progresiva y para evitar que ninguno se asuste, tendrán que presentarle al bebé. Acércalo poco a poco y deja que lo huela.
Asocia al niño con los buenos momentos
Sobre todo en el caso de los padres primerizos puede ser que la llegada de su hijo suponga un exceso de atenciones hacia el pequeño, dejando a un lado sin querer a su perro o perros. Por eso, es conveniente trabajar una asociación positiva de la presencia del bebé con la llegada de cosas buenas para él. Aunque a veces te cueste, intenta resistir la tentación de atender al perro únicamente cuando el niño duerme o no está.
La manipulación y los límites
Es necesario preparar al animal para esta situación y así evitar riesgos antes de que el niño aprenda a gatear. De lo que se trata es de acostumbrar al perro a recibir diferentes tipos de manipulaciones de una forma progresiva y premiando de manera constante al perro, especialmente algunas partes del cuerpo como patas, orejas o cola. De la misma manera, hará falta estar muy encima para poner límites al niño y enseñar que hay cosas que no pueden hacer al perro y que se tiene que tocar con suavidad al animal. También que hay un espacio reservado por el perro en el cual no se lo puede molestar.
Consolidar las normas básicas de obediencia
Es muy recomendable educar al perro para que aprenda a sentarse, quedarse quieto y andar|caminar con la correa sin tirar. Es importante que no se tire encima del niño para saludar por la fuerza que tiene, en caso de que sea un perro de dimensiones, puede hacer caer al pequeño.
Perros muy activos o nerviosos
Si tu perro es muy activo o necesita ejercicio físico, los expertos aconsejan no reducir los tiempos para pasear. Las primeras semanas puede ser una buena opción contratar a un paseador de perros si nadie de la familia puede echar una mano, dado que los padres probablemente están muy volcados con el cuidado del bebé.
Prepara un espacio para|por tu perro
Un lugar donde él pueda estar tranquilo sin muchos ruidos ni nadie que lo persiga o le toque la cola. Poner un matalasset o una manta sobre la cual pueda descansar, relajarse y alejarse del exceso de ruido cuando lo desee. Este espacio tendrá que ser respetado en todo momento por el bebé, cuando empiece a caminar.
La mayoría de los perros supera este cambio en su vida con un poco de tiempo y paciencia. Si hay algún antecedente de agresividad, lo mejor será que recurras a un especialista en comportamiento o un adiestrador profesional con muy buenas referencias antes de llegar con el bebé. Es muy buena idea conocer las señales de calma, el lenguaje de los perros, la forma en la cual ellos comunican si están a gusto o no. En ningún caso, sin embargo, niño y perro tienen que quedarse solos, sin supervisión de un adulto.