La pérdida de peso en mayores de 65 años puede ser una señal de mayor riesgo de muerte
A menudo puede ser síntoma de muchos problemas graves de salud
La pérdida de peso involuntaria es algo que en cualquier caso debemos vigilar, ya que en muchos casos es indicativa de un problema de salud. Pero en ciertas demografías, como en los mayores de 65 años, resulta un signo particularmente alarmante. Así lo explica un artículo publicado en el medio científico JAMA Network por investigadores de la Universidad de Monash (Australia), que señala que esta disminución en el peso corporal en los mayores de 65 años se asocia con un riesgo aumentado de morir prematuramente.
Pérdidas de hasta el 5% del peso corporal
Según los autores, el trabajo cubre un vacío existente en la literatura médica, ya que no existía costumbre de medir el peso de la población mayor relativamente sana.
Así, estos investigadores llevaron a cabo un estudio clínico en el que examinaron a casi 17.000 adultos de al menos 70 años en Australia y más de 2.000 adultos en Estados Unidos, a los que se pesó entre 2010 y 2014 como parte de sus revisiones médicas actuales.
De esta forma, concluyeron que incluso pérdidas de peso del 5% aumentan el riesgo de fallecer, un efecto que era especialmente notable en los hombres mayores". De hecho, la pérdida de peso se encontraba asociada a la mortalidad por todas las causas y a un aumento de muchas causas de mortalidad estadísticamente muy importantes, como el cáncer o las enfermedades cardiovasculares.
Una señal de alerta
Precisamente, uno de los puntos que los autores del estudio destacan es el hecho de que la población estudiada en el ensayo estaba inicialmente sana, ya que se había excluido a todos aquellos con enfermedades significativas, como las cardiovasculares, la demencia, las discapacidades físicas o enfermedades crónicas.
Esto hace que las conclusiones resulten especialmente sorprendentes y clínicamente importantes, subrayando la importancia de controlar desde la consulta los cambios de peso sin motivo aparente.
Y es que, aunque el experimento no indica en ningún caso una relación de causalidad, sí que alumbra que la pérdida de peso es a menudo un síntoma de patologías potencialmente letales, con lo cual debería ser considerado en esta población como una advertencia especialmente alarmante.