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¿Cómo afecta la obesidad al dolor de espalda?

Para combatir la obesidad y evitar tener problemas de espalda, es recomendable hacer una dieta baja en calorías y hacer deporte

Persona con sobrepeso.

¿Cómo afecta la obesidad al dolor de espalda?CEDIDA PXFUEL

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El dolor de espalda es un problema muy extendido en la población mundial. Actualmente, se estima que van a experimentar el 70-80% de las personas al menos una vez en la vida.

Obesidad

Según datos demográficos de 2016, el 13% de la población mundial (200 Millones de personas) padecían obesidad, y un número significativo en Estados Unidos y Europa eran mujeres postmenopáusicas (alrededor del 30% de las personas obesas de estas regiones).

Padecer obesidad predispone a sufrir múltiples problemas de salud, entre ellos patologías relacionadas con la columna. En numerosos estudios se comprueba como la obesidad está relacionada con la degeneración de disco intervertebral, el dolor lumbar bajo y ciática.

Obesidad y artrosis

Uno de los efectos directos que tiene la obesidad sobre la columna vertebral es la presión a la que somete a las vértebras y los discos intervertebrales con cada movimiento.Dicha presión, mantenida, provoca distintas formas de artrosis, como defectos en el platillo vertebral, que soporta los discos y el defecto en el núcleo del propio disco, aumentando la predisposición a padecer prolapsos y hernias de disco.

Otras formas de degeneración directamente relacionada con la artrosis de la columna son el aumento de tejido graso en la musculatura y el cambio en la composición mineral de los huesos.

Enfermedades que acarrean los problemas de espalda

Todos estos cambios son, por un lado, fuente directa de dolor lumbar y ciático; y, por otro lado, elementos que dificultan la capacidad para hacer ejercicio y rehabilitación de las personas, entorpeciendo el tratamiento básico de las patologías de columna.

Los efectos de la obesidad no se limitan solo a la "presión" ejercida sobre la columna vertebral. El tejido graso tiene una capacidad de alterar el metabolismo de los pacientes y generar un estado inflamatorio crónico, lo que hace que esté relacionado con enfermedades musculoesqueléticas, artrosis y osteoporosis, como se ha señalado anteriormente.El aumento de tejido adiposo por acúmulo de grasas activa un estado de inflamación en el organismo de menor intensidad que el que se produce, por ejemplo en una infección aguda, pero que se mantiene en el tiempo, favoreciendo el desgaste de las estructuras óseas y musculares.

Así mismo, la médula ósea normal se ve infiltrada por tejido graso, lo que dificulta la reparación y la regeneración ósea. De hecho, anteriormente, se consideraba que tener un IMC elevado protegía frente al riesgo de fracturas. Sin embargo, estudios recientes afirman que el aumento del IMC en rangos patológicos como la obesidad, predispone a un aumento de riesgo de fracturas, sobre todo osteoporóticas por los efectos deletéreos que se han comentado.

Obesidad y estado anímico

Por último, uno de los aspectos más infravalorados de la obesidad es su relación directa con el estado anímico de la persona. La distorsión de la imagen corporal, la reducción en la capacidad de realizar actividades cotidianas y deportivas, así como los estados de ansiedad y depresión que provoca en los individuos, influye de forma directamente proporcional en la patología de la columna vertebral.El dolor es un síntoma regulado por múltiples circuitos cerebrales, por lo que un estado de ánimo ansioso o depresivo contribuye a percibir el dolor con mayor intensidad y aumentando su duración en el tiempo.

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