Alimentación
Estos son los cuatro alimentos que no deberías comer si tienes mocos por gripe
Algunos de los más cotidianos no favorecen la expulsión del moco
Pleno invierno y las urgencias tensionadas en España por los contagios propiciados por las celebraciones. No tener al menos un leve resfriado es la otra gran lotería navideña, de ahí que la prevención sea importante para evitar que se agraven los molestos síntomas de gripe o resfriado. Uno de ellos es habitualmente la mucosidad.
Con las vías respiratorias colapsadas pensamos en fármacos antigripales y en procurar un buen arsenal de pañuelos de papel, pero pasamos por alto una cuestión importante: la alimentación. En lo que respecta a evitar la mucosidad, hay diversos alimentos con los que asegurarnos que no vaya a más y no desemboque en afecciones como la bronquitis, inflamación del revestimiento de los bronquios que se presenta con expectoración de mucosidad espesa y decolorada.
Coloquialmente se ha venido atribuyendo a los lácteos la etiqueta de dañinos por su capacidad de aumentar la formación del moco. Sin embargo, a día de hoy no hay evidencia científica que apoye claramente esta ecuación. Lo que sí se ha comprobado es que si en nuestra dieta habitual hay una presencia importante de lácteos, éstos aumentaran la viscosidad del moco dificultado la expectoración y prolongando por tanto la congestión nasal y/o bronquial.
Alimentos que no favorecen la expulsión del moco
Esta sería la expresión más adecuada: alimentos y bebidas que no ayudan a expectorar el moco, y no etiquetarlos simplemente como perjudiciales o desaconsejados, como apuntan desde la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
El agua y los zumos naturales (sin azúcar añadido) son la mejor opción para combatir la mucosidad. Aumentar la dosis que bebemos habitualmente es una buena idea para que el moco se diluya con rapidez y sea fácil expulsarlo. También es recomendable incorporar alimentos antiinflamatorios y que refuercen las defensas del sistema inmunitario.
- Productos lácteos: leche, queso, yogur, mantequilla.
- Dulces: combinan presencia de lácteos y azúcares, una fórmula poco recomendable pensando en una pronta expulsión del moco.
- Carne roja: y en general todos aquellos alimentos ricos en grasas saturadas porque contribuyen a la inflamación.
- Bebidas azucaradas: el azúcar provoca la deshidratación del organismo y aumenta el volumen del contenido del estómago dificultando los movimientos respiratorios. Aquí no hay que olvidarse del alcohol, que debe ser moderado en general pero especialmente en el caso de afecciones pulmonares, y tampoco de las bebidas con gas.
¿Por qué se producen las flemas?
Lo que coloquialmente llamamos flema o moco está presente diariamente en nuestra vías respiratorias. Compuesto por agua, proteínas y desechos celulares, la SEMG indica que cada día expulsamos unos 30 mililitros a través del tracto digestivo, en una operación que pasa desapercibida para la persona.
Ese moco sí se hace notar cuando existe una agresión (virus, bacterias, contaminación…) ante la cual los pulmones se defienden segregando mayor cantidad de viscosidad y la tos es la forma que tiene el organismo de expulsarlo.