Fiebre del Oropouche, una infección tropical transmitida por mosquitos de la que advierte la OMS
Sus síntomas son similares a los de otras enfermedades febriles tropicales, como el dengue
El cambio climático está propiciando la expansión de muchas enfermedades antaño circunscritas a las áreas de clima tropical, a medida que aumenta el hábitat de su principal vector: los mosquitos. Precisamente, la Organización Panamericana de la Salud, dependiente de la OMS, ha advertido recientemente de un incremento de la detección de casos de fiebre del Oropuche en algunas regiones de las Américas.
Como indica la OMS, la fiebre del Oropouche es una infección provocada por el virus Oropouche orthobunyavirus, que es endémico de las áreas tropicales y subtropicales de Sudamérica y Centroamérica. Es una enfermedad febril rápida, con una duración de entre tres y seis días, y normalmente de carácter leve (aunque, en ocasiones, provoca complicaciones graves).
La enfermedad se transmite por la picadura de mosquitos vectores, específicamente de las especies Culicoides paraensis y Culex quinquefasciatus. No se ha documentado ningún caso de transmisión de persona a persona.
¿Cuáles son sus síntomas?
Los síntomas de la fiebre del Oropouche son similares a los de otras enfermedades febriles tropicales, como el dengue. En general, el cuadro clínico comprende síntomas como:
- Aparición repentina de fiebre alta.
- Dolor de cabeza.
- Mialgias.
- Erupción cutánea.
- Dolor en las articulaciones.
- Vómitos.
- A menudo se produce una breve reaparición de los síntomas y, en pocos casos, provoca una meningitis aséptica con signos como dolor de cabeza, fiebre, rigidez en el cuello, malestar general, fatiga o sarpullido.
¿Cómo se trata?
No existe actualmente ningún tratamiento específico para la fiebre del Oropouche, por lo que el abordaje se centra en el alivio sintomático del enfermo (reposición de líquidos, control de la temperatura corporal, administración de analgésicos...) y en el control de las complicaciones que puedan surgir.
Los esfuerzos, por tanto, se centran más en el ámbito de la prevención. En este sentido, son importantes medidas como el uso de repelentes para insectos y telas mosquiteras, la correcta gestión de las aguas y la fumigación y eliminación de los criaderos de mosquitos vectores cercanos a las áreas habitadas.