Enfermedad de mano, pie y boca, una infección viral que vuelve en esta época
Es una enfermedad que afecta de manera mayoritaria a menores de cinco años
Enfermedad de mano, pie y boca, una infección viral que vuelve en esta época
Los jardines de infancia y las escuelas ya tienen las primeras bajas por este motivo. Es una enfermedad temida por padres y profesores dado que es muy vírica que, normalmente, afecta de manera mayoritaria a menores de cinco años. No es tan habitual pero los adultos también la pueden contraer. Ahora es el momento idóneo para su aparición, final del tiempo veraniego y comienzo del otoño según apuntan los expertos. Cuando las personas contraen esta enfermedad, su cuerpo crea inmunidad (protección) contra los virus específicos que causaron la infección pero podrían volver a cogerla si el virus no es exactamente lo mismo. En concreto, la enfermedad está provocada por un virus de la familia de los enterovirus, generalmente por virus del grupo Coxsackie.
¿Cuáles son los síntomas?
Desde el momento que el niño está expuesto a la enfermedad de mano, pie y boca, cuenta de 3 a 6 días para que aparezca el primer síntoma. Es el periodo de incubación. En general empieza con fiebre, dolor de garganta y goteo nasal también puedes detectar más irritabilidad. También aparecen más tarde, granitos o ampollas y llagas en la boca, encía, en los lados de la lengua, en la parte superior de la boca, en los dedos, en las palmas de las manos, en las plantas de los pies y las nalgas.
¿Qué se puede hacer durante la enfermedad?
- La mala noticia es que no hay un medicamento para tratar o curar la enfermedad de mano, pie y boca. La única cosa que los padres pueden hacer es aliviar la fiebre y el dolor con paracetamol o ibuprofeno.
- Si ya come alimentos sólidos, evita darle cosas saladas, condimentadas o ácidas mientras le duela la boca. Además, los alimentos blandos le resultarán más fáciles de masticar.
- Los líquidos fríos aliviarán el dolor de las llagas de la boca. Existe en la farmacia algún producto para aplicar en las heridas en la boca para afrontar el dolor.
- Los niños que tengan ampollas en las manos y/o los pies tendrían que mantener estas áreas bien limpias y descubiertas; se tendrían que lavar las manos con agua tibia y jabón y secárselas a toques. Si se les reventara una ampolla, tendrías que aplicar sobre ella un poco de pomada antibiótica para impedir que se infecte y cubrirla después con un pequeño vendaje. Consulta préviamente al pediatra sobre estos productos.
¿Qué complicaciones puede tener?
- La mayoría de personas afectadas se recupera en 7-10 días sin necesidad de tratamiento específico. Es importante tener en cuenta que a causa del dolor que provocan las llagas o botellas en la boca, puede pasar de que los niños se nieguen a comer o beber. Es importante la hidratación del niño.
- Los médicos vigilarán cualquier síntoma de deshidratación, ya que posiblemente las llagas en la boca pueden dificultarle a tu bebé el beber líquidos. Si tu pequeño tiene síntomas de deshidratación como sequedad en la boca, o si han transcurrido unas seis horas sin que haya mojado el pañal, llama al médico inmediatamente.
¿Se puede hacer alguna cosa para evitar el contagio?
- La prevención es complicada en jardines de infancia y parvularios dado que haría falta la limpieza con agua y jabón de juguetes y elementos compartidos. Sin embargo es importante considerar que hace falta
- Lavados frecuentes de manos a conciencia es el punto más básico, sobre todo en cada cambio de pañal y antes de preparar o comer los alimentos. Eso tiene que llevarse a cabo de forma especial en el entorno escolar pero también en casa incluyendo a los adultos.
- Desinfectar los objetos diariamente que hayan sido en contacto con el niño infectado.
- Evitar entrar en contacto con otros niños enfermos ni compartir alimentos o bebidas
Y como siempre, para hacer frente a la enfermedad, mucha paciencia y comprensión dado que a menudo los más pequeños no saben expresar su malestar y dolor. Permitir su descanso también es importante, preferiblemente que se quede en casa mientras dure la enfermedad, durmiendo, jugando o realizando la actividad que desee.