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¿Por qué los niños tienen que viajar a contra-marcha?

El riesgo de muerte o lesión en una colisión aumenta en torno a 5 veces para los niños que viajan en la dirección de la marcha

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Los próximos días tendrán lugar miles de desplazamientos. Serán muchos los niños pequeños que viajen con sus padres. Las recomendaciones de todos los organismos es que lo hagan, siempre que se pueda a contramarcha. Viajar a contramarcha a España todavía no es una práctica habitual. Hace unos días se celebró el Primer Día de la contramarcha con el objetivo de concienciar cada vez más a las familias de la importancia de esta medida.

Diferentes estudios basados en accidentes reales muestran el riesgo de muerte o lesión en una colisión aumenta en torno a 5 veces para los niños que viajan en la dirección de la marcha en comparación con los niños que viajan a contramarcha. Algunas de las causas para no poner a los niños a contramarcha es pensar que se aburrirán o irán incómodos pero si tenemos que priorizar la seguridad y protección son mucho más importantes.

El ejemplo es Suecia

Suecia ha hecho un cambio en su mentalidad y tomando esta medida han conseguido reducir prácticamente a cero las muertes en la carretera de los más pequeños. Los datos apuntan que un 80% de los niños menores de 4 años viajan en contra de la marcha del coche.

Con respecto a la normativa, ahora mismo en Europa hay dos normas de homologación en vigor. La normativa ECE R 44/04 que permite que los niños vayan ningún en frente a partir de los 9 kilos y la nueva normativa i-Size que amplía esta edad hasta los 15 meses y con la recomendación de llevarlos a contramarcha siempre que sea posible hasta los 4 años. De momento, conviven ambas normativas pero las últimas pruebas de seguridad han colocado en las sillitas que cumplen la normativa i-Size en los primeros lugares de calidad. La Dirección general de tráfico (DGT) como la Asociación Española de Pediatría también recomiendan llevar al niño a contramarcha hasta los 4 años y si puede hacérselo extensible hasta los 7 años.

La explicación física alude a la debilidad de los cuellos y el tamaño mayor de las cabezas de los bebés en proporción en el resto de su cuerpo. En caso de accidente, si el bebé va en una silla en la misma dirección de la marcha, el peso al cual se ve sometido puede ser hasta cinco veces mayor que si la silla está orientada de espalda. Su cabeza, columna y cervicales se verían más expuestas a esta fuerza.

Tal como recoge la página www. http://acontramarcha.com.si tenemos en cuenta que en 50 kms/h la cabeza de un bebé de 6 meses (2 kgs aprox.) aumenta su peso hasta los 60 kgs (aprox.) en una silla colocada de cara a la marcha en la que el niño está sujetado con un arnés que bloquea sus hombros, la cabeza es lanzada con una fuerza que el cuello incapaz de soportar, causando por eso lesiones de extrema gravedad o incluso la muerte del menor.

Con una silla instalada a contramarcha eso no pasa, dado que la cabeza, el cuello y la espalda están alineados sobre el respaldo y la fuerza del impacto es absorbida por la misma silla salvaguardando al máximo las zonas más vulnerables del niño y reduciendo considerablemente la presión sobre su tórax y abdomen.

Por eso el ideal es que los bebés y niños viajen a contramarcha durante el máximo de tiempo posible.

Lo más seguro sería llevarlos de esta manera hasta los 6 años o más, según sea el tamaño de cada niño o niña y sino durante el máximo de tiempo posible.

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