Consejos para evitar resfriados

El otoño es una época en la que efectivamente hay más tendencia a coger gripes, otitis y resfriados. No hay ningún remedio infalible para evitar que los más pequeños cojan estos virus que implican mocos, estornudos, tos y, si se complica, fiebre u otros síntomas. Los pediatras, sin embargo, aseguran que de esta manera el sistema inmunológico sale reforzado y el niño va cogiendo progresivamente defensas.

Algunas recomendaciones que pueden ayudar a hacer frente a esta época en la que no sólo los niños lo pasan mal, sino que también los padres que tienen que afrontar estos días de malestar.

Mantener las manos limpias

Una de las formas de propagación de los virus es a través del contacto de superficies contaminadas, por este motivo sea fundamental remarcar a los niños la importancia de lavarse las manos y hacerlo de manera habitual.

Pañuelos de un solo uso

Es importante utilizar un pañuelo de papel una sola vez para evitar la concentración del virus. A menudo los utilizamos y después, se guardan en el bolsillo y sin darnos cuenta las bacterias se extienden en nuestras manos o limpiamos la nariz al hermanito.

Ventilar los espacios cerrados

Una de las principales medidas que tenemos que adoptar es la ventilación de nuestra casa, tanto en verano como en invierno y de forma diaria. Unos pocos minutos bastarán para que el aire se renueve y nos deshacemos de virus indeseados presentes en el ambiente. Recordamos que los virus aprovechan el calor y la falta de ventilación.

Alimentación equilibrada

Cuidar de la alimentación e introducir alimentos que contengan vitamina C (como naranjas, limones o kiwis). La vitamina C no evita que nos constipemos pero nos ayuda a reforzar el sistema inmunólogo. El hecho de comer variado, con alimentos ricos en grasas saludables (pescado), comiendo fruta, verdura y legumbres y con hidratos de carbono integrales, ayuda a tener un estado de inmunidad óptimo.

Lavar juguetes y artículos personales

Este punto es muy importante pero a la vez implica mucha dificultad en controlar dado que es prácticamente imposible que se haga de manera controlada a jardines de infancia y escuelas. Habría que lavar los juguetes, chupetes de manera frecuente con un trapo y agua y jabón, dado que es un transmisor perfecto de virus y la correcta higiene permite minimizar la transmisión de los virus.

Ambiente húmedo

Conseguir un ambiente húmedo; si es necesario, se puede utilizar un humidificador. Si la habitación del niño está muy seca, las mucosas del pequeño se irritan y le hace más vulnerable a los resfriados.

Tiempo al aire libre

Jugar al aire libre favorece la baja concentración de virus en el organismo. Tienen que seguir jugando a los parques y disfrutando de la naturaleza. Pasar tiempo al aire libre evita la concentración de virus y su activación.

Leche materna

La leche materna sí que transmite anticuerpos al bebé. Eso no quiere decir que evite la enfermedad pero los anticuerpos ayudarán al pequeño a combatir los virus del resfriado de manera más eficaz. Esta defensa contra enfermedades disminuye considerablemente la posibilidad de que su bebé lactante sufra de infecciones del oído, vómitos, diarrea, neumonía, o infección de las vías urinarias.

Probióticos

Los probióticos son microorganismos vivos que tienen un efecto beneficioso para los niños, ya que se cree que modifica el número de bacterias que viven en el trato gastrointestinal, lo cual aumenta el número de bacterias intestinales beneficiosas y evita el crecimiento y la proliferación de aquellas otras nocivas.

Descansar y vivir feliz

Efectivamente, los niños también pueden estresarse. A veces el ritmo de nuestra vida les puede generar un cansancio innecesario que provoca bajada de defensas. Y sí, también ellos se pueden sentir preocupados. El correcto descanso y vivir, en general feliz, ayuda al hecho que los sistema inmunológico esté en las mejores condiciones.