¿Cuántos regalos es saludable que reciban a los niños durante la Navidad?

Las tiendas ya han redecorado sus escaparates. Entramos de lleno en la campaña de Navidad y se intensifica la necesidad de consumir y adquirir productos. Los niños son unos de los principales protagonistas de estas fechas.

Según los últimos estudios, los niños reciben durante la Navidad diez veces más regalos de los que necesitan. Durante el resto del año, al final acaban jugando con los mismos objetos de siempre. Y a menudo, prefieren jugar con elementos sencillos como cartulinas o material reciclado que los dan más espacio a la imaginación.

La razón es que poco a poco, delante de tanto juguete, los niños dejan de valorar los juguetes y pierden la ilusión. Y ante tanto estímulo, llega la apatía. Por eso, los especialistas recomiendan poner límites desde el mismo momento de elaborar la carta a los Reyes Magos y trasladarlo a la familia más próxima: abuelos, tíos, amigos.

Tener muchos juguetes no significa jugar más. Según un estudio realizado hace unos años para|por el Harvard Buisness Review, quedó demostrado que tener más opciones no significa que sea mejor. Los psicólogos a cargo del estudio, Sheena Iyengar y Mark Lepper afirmaron que tener opciones es bueno pero eso no tiene nada que ver con la satisfacción que sentimos. Si los niños tienen demasiados juguetes, también empeora su capacidad de atención, ya que no aprenden a apreciar el juguete que tienen delante.

Algunos profesionales apuntan que una buena opción es ayudar al niño a escoger una cosa que realmente desee entre la gran cantidad de cosas. Buscar aquello que le haga más ilusión valorando que llegue este regalo. Cargar de regalos sin ningún tipo de límite a los niños puede generar el síntoma de que algunos psicólogos han nombrado niños hiperegalats que ya no se ilusionan con tantos juguetes y productos.

La regla de los cuatro regalos

Una estrategia que nos puede orientar a la hora de ver qué regalar de manera más consciente es la Regla de los 4 regalos .

Según esta regla, los padres tendrían que limitar a cuatro los regalos que hagan incluyendo objetos que sean útiles y prácticos para la vida cotidiana del niño o que le aporten algún beneficio para su desarrollo. Los criterios de esta propuesta serían:

1. Alguna cosa que pueda utilizar para su vida diaria (ropa, zapatos, complementos...).

2. Alguna cosa para|por leer.

3. Alguna cosa que realmente deseen.

4. Alguna cosa que realmente necesiten.

Otra opción es agrupar a las personas que regalan, es decir, que unos cuantos familiares o amigos hagan un regalo al niño. O al revés, alguien puede hacer un solo regalo que compartirán diferentes personas. Y las dos ideas combinadas, implican una reducción del volumen de juguetes. Y si cuesta poner límites a la familia más próxima, los padres pueden aprovechar para incluir en los regalos otras cosas, de ropa o necesidad que tenían que comprar. De esta manera, enseñan a los niños que los reyes no sólo llevan juguetes, sino cosas que pueden resultar útiles. Una buena opción es guardar estos regalos hasta el momento que lo necesiten y así no agobiar durante un único día.

Uno de los miedos de los padres es que los niños no tengan bastante cantidad de regalos cuando se levantan los días claves como el día de Navidad o de Reyes y se desilusionen. Una forma de asegurarnos de que será un momento especial, independientemente de la cantidad de paquetes, es hacer que la magia no venga de los obsequios, sino de como|cómo los niños les descubren ya sea mediante un juego o actividad que compartimos con los niños.