Los pescadores de cercloya han vuelto al mar. Este pasado lunesha terminadoel paro biológico de dos meses y las 18 embarcaciones del pescado azul de la demarcación de Tarragona han salido a pescar sardinas y boquerones. El final de la veda también ha coincidido con la puesta en marcha de la renovada sala de envasado del pescado azul, que ha costado cerca de 700.000 euros. Desde esta semana, la Confrariade Pescadors de Tarragona cuenta con unas instalaciones mejoradas que permitirán optimizar el envasado del producto, ya que se ha añadido una segunda línea y se podrá envasar, de manera simultánea, sardina y boquerón, hecho que antes no era posible. Ahora bien, la problemática del sector no se desvanece. Aunque la ampliación está pensada para poder pesar, etiquetar y dispensar hasta 1.400 cajas de pescadopor hora, ayer sólo se envasaron unas 500 cajas, respondiendo a las capturas que se consiguieron. El presidente de la Cofradía de Pescadores de Tarragona, Esteve Ortiz, destacó ayer que «volvemos a tener la prueba que hay algún problema en el crecimiento del pescado|pez. Tenemos sardinas y boquerones adultos pero de pequeña dimensión. Hay que estudiar porque el fitoplancton no tiene suficientes nutrientes o los motivos por|para los cuales se ha producido esta gran bajada del pescado azul en los últimos años».
Ortiz explica que la antigua sala de envasado del pescado azul se había quedado obsoleta y, ante la posibilidad de financiar las mejoras a través de un fondo europeo,decidieron apostar por esta ampliación, después de que el año 2014 las capturas se multiplicaran exponencialmente. «Hace dos años la pesca creció mucho y nos concedieron unas ayudas europeas de inversión a fondo perdido que nos han financiado el 100% de la maquinaria, mientras que la obra civil ha ido a cargo del Puerto de Tarragona», detalla. La Unión Europea ha pagado cerca de 300.000 euros para las máquinas y 200.000 más por|para una nueva máquina generadora de hielo|gel. El Puerto de Tarragona ha destinado 200.000 euros en la obra civil, creando nuevas estructuras y dando paso a mejoras en el pavimento y en los desagües. La Cofradía ha conseguido «duplicar la capacidad de la sala. Antes se podían envasar hasta 800 cajas por hora y, ahora, se podría llegar hasta 1.400». La sala ha crecido cerca de 400 metros cuadrados y también se ha construido un altillo que sirve para almacenar las cajas vacías en altura, mejorando las condiciones higiénicas. Ortiz tiene la esperanza de que el número de capturas crezca y, de momento, espera una reunión con el nuevoConseller de Pesca para exigir el estudio biológico. El proceso de envasado empieza cuandolas cajas –de poliestireno expandido– bajan porun pequeño ascensor y se distribuyen en las cintas. Antes, las capturas totales de pescadoya han sidopesadas y registradas en el sistema informático. Así, se coloca el pescadoa través de varias entradas y este se reparte entre las cajas a través de una cinta que lo va distribuyendo. Al punto final, una máquina de última generación, etiqueta cada una de las cajas. A continuación, se vierte agua y hieloy se trasladan las cajas a la cámara de refrigeración.
«Única en el Mediterráneo»
Esteve Ortiz asegura que este sistema de envasado es «único en el Mediterráneo en una cofradía de pescadores». Destaca que «una empresa gerundense nos ha creado expresamente estas máquinas, de manera que podremos ser más rápidos a la hora de envasar, ya que tenemos dos líneas y antes sólo había una». El comercial de la Confraria, Carlos Vidal, dice que «una vez envasado, el pescadose llevapor todas partes. Portugal, el resto del Estado o, a veces, Francia».
El proyecto se creó el año 2014 cuando las capturas crecieron exponencialmente y, ahora, chocan con la bajada del sector y piden un estudio biológico.