«La gente bebe y come en todas partes, incluso, en seminarios y conferencias»

La joven Marta Guasch del Pla de Santa Maria hace casi un año que vive enlos EE.UU. Concretamente en Boston, después de que le saliera la oportunidad de entrar como investigadora al Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard. Guasch está doctorada en la URV.

—Cuál fue su primera impresión?

—Ya había visitado los Estados Unidos como turista el año 2011 y también había vivido en Boston el año 2013 durante 6 meses, en una estancia predoctoral en la Universidad de Harvard. Recuerdo que, en mi primera vista a Nueva York, me quedé muy impactada. Era como estar dentro de una película. Los edificios altísimos, los taxis amarillos por todas pafrtesy ver luces de todos colores con el movimiento constante de gente me sorprendió mucho. Boston, es un poco diferente, está considerada como «más europea». Aunque el centro está lleno de rascacielos, también hay zonas de casas unifamiliares y espacios verdes.

—Cuáles son las principales diferencias?

—Los horarios y la hora de las comidas. La gente acostumbra a comer a las doce del mediodía con un sándwich e, incluso, delante del ordenador. Cenan entre las seis y las siete de la noche. Al principio cuesta adaptarse, pero una vez te acostumbras, puedes aprovechar el tiempo después de cenar y no ir a dormir con la barriga llena. Me impresionó ver que el país está muy enfocado a la comida. Hay restaurantes de todos tipos donde sirven porciones enormes de comer. En los supermercados puedes encontrar de todo, tienen un pasillo entero lleno de panes de molde diferentes. La gente bebe y come por la calle y en todas partes, incluso cuando van a seminarios o conferencias de la universidad. Eso me sorprendió mucho, ya que en nuestra cultura, desde pequeños, nos enseñan que no se tiene que comer en clase.

—Cuáles son los lugares más característicos?

—Quizás el más característico de Boston es el campus principal de la Universidad de Harvard, una de las universidades más conocidas en todo el mundo. También es bonito visitar un parque muy grande en el centro de la ciudad, el Boston Common o hacer el que llaman The Freedom Trial, un paseo a pie por los lugares históricos y emblemáticos de la revolución americana del siglo XVIII, que incluye cementerios antiguos, iglesias y el antiguo Ayuntamiento, entre otros.

—Cómo se está viviendo la crisis?

—No he observado ningún indicio de crisis. Es más, nos sorprendió ver que en muchos restaurantes y tiendas había carteles diciendo que se está buscando personal, cosa que no estaba acostumbrada a ver en nuestro país. Es un buen lugar para encontrar trabajo sin ningún tipo de duda. Es una buena manera de aprender inglés, conocer gente y vivir nuevas experiencias. Es mucho más fácil encontrar trabajo que en el estado Español, desde trabajos menos calificados como restaurantes o tiendas, hasta trabajos calificados en universidades y centros de investigación. El único problema de ir a vivir a los Estados Unidos son los visados. Se necesita que las empresas te hagan un visado para poder entrar en el país.

—Algún hecho curioso?

—Bien, un hecho curioso o quizás diferente del que estamos acostumbrados es el de las propinas. Siempre que vas a tomar alguna cosa o a comer en un restaurante tienes que dejar al menos un 15% de propina. Además, si les han servido bien, los americanos pueden dejar hasta un 21%. No está bien visto no dejar, ya que los camareros cobran muy poco y una parte importante de su sueldo proviene de las propinas. Incluso, cuando vas a la peluquería o en taxi tienes que dejar propina, hecho que me pareció extraño al principio.

—Qué costumbre se llevaría?

—Los horarios de las comidas y de trabajo. Es mucho más productivo hacer una jornada de trabajo seguida y salir más pronto.

—Qué es lo que más echa de menos?

—La familia, los amigos y la facilidad para poder pasar el día en la montaña o la playa. Aquí las distancias son mucho mayores.