«Quería conocer la vida, intentar experimentar lo que es vivir»

El muro de Berlín acababa de caer, Nelson Mandela salía por fin de la prisión, empezaba a emitirse Mr. Bean... Era 1990. El mismo año en que un joven vallense de 20 primaveras decidía cruzar el canal de la manguera para empezar una nueva vida en Londres. Un cuarto de siglo después, continúa allí, a pesar de que con un status bien diferente: ahora es un pintor reconocido, con varias exposiciones y centenares de obras en sus hombros.

—Porque decidió marcharse?

—Tenía 20 años, quería aprender inglés, y pensé, por qué que no? Mi familia es comerciante, pero mis inquietudes estaban en otra cosa. Quería conocer la vida, intentar experimentar lo que es vivir. Aunque sabía que en Valls podía haber tenido un trabajo seguro...

—Qué fue lo que más le sorprendió de aquel Londres de principios de los años 90?

—Me sorprendió mucho que en las ventanas de las casas no hubiera cortinas. Lo veías todo desde fuera (ríe).

—En veintiséis años ha cambiado mucho esta impresionante metrópoli?

—Sí, mucho. Siempre ha sido una ciudad con muchos negocios y muy rica, pero ahora los precios de los alquileres son... Antes llegabas a Londres y era muy fácil encontrar una habitación donde vivir, que podías pagar teniendo un trabajo de tres días a la semana. Eso, hoy día, es muy difícil.

—En 1990 no podía volar a Londres desde aquí. ¿Qué ha supuesto para los tarraconenses que viven allí, el Aeropuerto de Reus?

—Cuando llegas, en vez de tener que ir a coger un tren para venir de Barcelona a casa, te pueden venir a buscar en quince minutos. Es mucho más agradable.

—Usted debe ser ya un guía excepcional cuando recibe visitas... ¿Qué aconsejaría no perderse de la ciudad?

—Es muy difícil de decir, porque quizás lo que a uno le gusta es la moda. Entonces tendría que ir a pasear por los barrios más modernos, donde verá más moda que en las tiendas. Si lo que le gusta es la pintura, tiene que ir a la National Gallery... Creo que es una ciudad que tiene muchas facetas.

—Cuando preparábamos la entrevista Usted nos habló de unos lagos públicos en medio de los parques de Londres donde la gente se baña. ¿Cómo son exactamente?

—Hay varios en la ciudad. En el centro hay uno que se llama Serpentine y te le puedes bañar todo el año. En Hampstead, que es donde vivo yo, hay varios también: uno para chicos, uno para chicas y uno mixto. ¡Tú entras, te pones tu bañador, y al agua! Es una cosa muy natural.

—No hace ni una semana que el primer ministro del Reino Unido, David Cameron, ha convocado oficialmente el referéndum para decidir si continúan o no, dentro de la Unión Europea. Le pregunto: ¿qué está pasando para que se llegue a este punto?

—Algunos políticos asustan a la gente, diciendo que si seguimos siendo parte de Europa, vendrán todos aquí a pedir ayudas... Yo creo que no. La gente que viene a Inglaterra es para trabajar, no para pedir ayudas sociales. Pienso que la gente que abusa de eso es porque el sistema lo permite. Lo que tendríamos que hacer es intentar cambiar el sistema.

—Los ingleses están cansados, por ejemplo, de nosotros? ¿De los ciudadanos españoles que buscan un trabajo?

—En Londres no, porque básicamente la mayoría de personas que viven allí, no sé en qué porcentaje, no son tampoco de aquí. Estás aquí dos días y ya no te sientes un extranjero.

—Ha conseguido hacerse un nombre dentro del mundo de la pintura en Londres. ¿Cómo lo ha vivido eso Usted?

—He podido hacer una cosa que quizás es lo más importante: estudiar Bellas Artes. Me ha dado mucho. Y lo he podido hacer sin depender de una familia que me ayudara; trabajando y estudiando al mismo tiempo.

—Para acabar, qué le diría a alguien a quién ahora mismo le ronda por la cbeza dejarlo todo, y emprender una aventura como la suya?

—Salir de tu zona de confort es una cosa que la recomiendo a todo el mundo. Te abre mucho la mente y te enriquece mucho. No quedarte sólo con lo que ya conoces.