Un proyecto europeo estudia el centro histórico de Tarragona en torno a la Catedral
El estudio, impulsado por la URV y la UdG, quiere evitar que la percepción de los centros históricos acabe siendo meramente turística
El entorno de la catedral de Tarragona es centro de estudio de un proyecto europeo que pretende demostrar que los principios de la identidad europea, la memoria colectiva y la construcción del imaginario parten del núcleo histórico de las ciudades europeas. Los impulsores del proyecto, de la Universidad Rovira y Virgilio (URV) y de la Universidad de Gerona (UdG), defienden que «los valores que nos hacen europeos está en las ciudades catedralicias», según el profesor de la UdG Gerardo Boto, al frente de la investigación. Con todo, este entorno tiende cada vez más a ser un simple escenario turístico. «Cuando al núcleo histórico no viva allí nadie, habremos perdido la conciencia que nos ha dado el imaginario europeo», defensa Boto. Los resultados quieren tener un impacto educativo y político para evidenciar la importancia de conservar el patrimonio para mantener el imaginario europeo. Además de Tarragona, el estudio también se está haciendo a Nápoles y Jerusalén.
Los investigadores sostienen que los europeos son «incapaces de imaginar una ciudad europea que no tenga una parte de rascacielos en el exterior, un eixample en el medio y un núcleo histórico en el centro». Con todo, hay una deriva social demográfica que hace peligrar el imaginario europeo. De media, a los núcleos históricos y a los entornos catedralicios, hay entre el 40 y el 50% de casas vacías, y este espacio se transitado para|por los turistas. «Eso hace que nosotros entendamos de una manera intuitiva que en Europa hay unas partes que son para ver y unas partes que son para vivir», «explica» Boto. El miedo de los investigadores es que si los pisos se siguen vaciando, el centro histórico perderá sentido y será exclusivamente un escenario turístico. En consecuencia, los ciudadanos perderán la conciencia del entorno catedralicio de donde ha salido el imaginario europeo. Para evitarlo, el resultado del proyecto será aplicable a la investigación, en las acciones sociales y también tendrá un impacto educativo y proporcionará recomendaciones políticas. Al fin y al cabo, para «evidenciar como estas ciudades son marcos referenciales de un patrimonio material y unos principios sociales y culturales pan-europeos». Con todo, Boto ha apuntado que el proyecto no persigue un objetivo de «mostrar un mismo esquema» por todas las ciudades. «No se trata de explicar cómo es un núcleo histórico y que este esquema sirva para ir a Edimburgo, Nápoles o Sevilla,» ha detallado Boto, que ha dicho que sí que la experiencia en un entorno catedralicio hace que «puedas mirar mejor como pasan las cosas en otros sitios» con los cuales hay semejanzas. El proyecto se llama 'Paisaje y patrimonio identitario de Europa: ciudades catedralicias como memoria viva', y fue seleccionado dentro del programa de ayudas RecerCaixa y premiado con una dotación económica de 99.500 euros. Además de Tarragona, los investigadores estudian también Nápoles y Jerusalén. La ciudad tarraconense ya había sido estudiada con anterioridad. Boto destaca que la ciudad y el entorno catedralicio como laboratorio funciona perfectamente. El acuerdocon las fundaciones del territorio hicieron que Tarragona fuera la escogida.