Tarragona entrega 3 títulos póstumos a hijos predilectos de la ciudad

Dos amantes de las letras y un músico recibieron ayer, a título póstumo, la distinción de hijos predilectos de la ciudad.

La única mujer es Montserrat Abelló, un referente en la poesía tarraconense y también catalana de finales del siglo XX y comienzos del XXI. Entre sus obras más conocidas hay Vida diaria (1963) o Memoria de ti y de mí (2006), pero destacó en el mundo de la traducción de obras inglesas al catalán y a la inversa. En esta disciplina fue especialmente relevante su dedicación al movimiento feminista, que tuvo el punto álgido en la recopilación de poemas de mujeres Caras en la ventana: veinte mujeres poetas de habla inglesa del siglo XX (1993) y en la traducción de Sylvia Plath al catalán y Salvador Espriu y Mercè Rodoreda al inglés.

Cataluña ya había reconocido su obra en varias ocasiones en forma de premios literarios, como el Premio de Honor de las Letras Catalanas y el Premio Nacional de Cultura, y ayer también lo hizo Tarragona.

También fue distinguido Jaume Vallcorba, también un promotor de la literatura, en su caso, remmemorat para|por la fundación del editorial Acantilado y para reconvertir la colección Quaderns Quema en su propia editorial. Un filólogo inspirado por el novecentismo, con pasión por los clásicos de la literatura, que promovió la novela catalana y castellana a partes iguales y que, a pesar de centrar su actividad en Barcelona, nunca olvidó su ciudad natal.

Él definía su tarea a las editoriales como una «plataforma para|por los nuevos autores», y es que muchos escritores punteros en el mundo literario publicaron sus primeras obras en Cuadernos Crema, como Quim Monzó, Ramon Solsona o Mercè Ibarz. Murió en el 2014 a causa de un tumor cerebral, año también en que recibió el Premio Nacional de Cultura de Cataluña.

El único hijo predilecto dedicado a la música de este año fue el bajista del grupo de rock Leño, Tony Urbano. Miembro de uno de los grupos precursores del «rock urbano» español, hizo también colaboraciones con Miguel Ríos o Luz Casal. Urbano también componía, y de su mano, en coautoría con los compañeros de grupo, como Rosendo, nació una de las canciones más representativas del género Maneras de vivir.

Nunca se desvinculó del panorama musical tarraconense, sobre todo durante la década de los noventa, actuando de productor de varios grupos emergentes de la ciudad, como Números Encarnados y Presidentes.