La ONG Pallapupas aligera la estancia de los niños y niñas ingresados en el Hospital Joan XXIII
Los actores pasan las mañanas de los martes con los pacientes
Las estancias en el hospital nunca son agradables, y menos para los más pequeños y pequeñas. Es por eso que la ONG Pallapupas, a través de los juegos y la risa, intentan aligerar el dolor, el miedo y la angustia de los niños y de los jóvenes que se encuentran ingresados en el Hospital UniversitariJoan XXIII de Tarragona. Cada martes, de las nueve y media de la mañana a la una y media, la Gelocatila y el Apósito se acercan a másde 20 pacientes para humanizar su paso por el hospital.
Kristina Parera, que se pone en la piel de Gelocatila, asegura que «el objetivo es relajar tanto a los pacientes como el equipo de profesionales». Tanto Parera como Isaías Antolín, quien hace el papel de Apósito, trabajan junto con el equipo asistencial: «Las enfermeras nos dicen el nombre del niño, su patología y la situación familiar. No obstante, cada uno hace su función», asegura el artista. Apósito reconoce que «también se viven momentos duros, especialmente con los bebés. En estas situaciones, acompañamos a los padres para que se desahoguen».
Los profesionales sanitarios piden la ayuda de los Pallapupas para diferentes situaciones. Por ejemplo, para que los niños se beban el batido o la medicina, o para ayudar a levantarlos de la cama. Gelocatila explica que también están pendientes de la llegada del niño al quirófano, «y amortiguamos su separación con los padres, inventando una historia para distraerlo». Los Pallapupas también hacen acompañamiento cuando el niño se despierta de la intervención y vuelve con sus padres, o cuando abandona el hospital.