«Los desequilibrios originados a raíz de una separación están vinculados con el ADN»
La suma de la psicología y la kinesiología se unen en un trabajo que busca limpiar la memoria genética acumulada y la influencia de esta en las reacciones emocionales
—Cuál es la problemática de las separaciones a día de hoy?
—Es la pandemia del siglo XXI. El 80% de las parejas se separan y no duran más de un año. Aprovechando que estamos en los alrededores de Sant Jordi, hay que recordar que la tradición de regalar la rosa y decirle a aquella persona te amo|estimo, cada vez se está perdiendo más. Las parejas se rompen con más facilidad y eso nos provoca una rotura|ruptura en la estructura mental. De entrada, no es un problema. Ahora bien, la cosa se complica cuando ves que cada día más te aparece gente con enfermedades y trastornos y, al preguntarlos, coincide en que los desequilibrios psíquicos y físicos empiezan a aparecer justamente desde que la persona se ha separado o divorciado.
—Entonces, en vuestro centro trabajáis los desórdenes amorosos?
—Últimamente nos hemos centrado porque es una problemática muy latente, tanto aquí como en los Estados Unidos. No es un campo de estudio exclusivo de nuestro equipo, pero es una realidad. Todo eso, sin embargo, está ligado a la información de nuestra familia que llevamos|traemos a los genes.
—El ADN?
—Y tanto. Desde el año pasado, los científicos empezaron a constatar que toda la información de nuestra familia se encuentra en los genes, justamente en lo que denomina ADN basura. En la transmisión del ADN existe una herencia genética que determina los rasgos|tiros físicos, pero también existe una herencia genética conductal a través de la cual heredamos una serie de informaciones de nuestros antepasados que repetimos de manera inconsciente en nuestra vida. Nosotros hemos hecho un estudio a través del cual podemos vincular que los desequilibrios y las malaties originadas a raíz de una separación o de un divorcio mal gestionado están vinculados con este ADN basura|maleza. Cuando nacemos es como si portessim una gran mochila y, en esta, nos ponen una pequeña de la familia del padre y otra de la familia de la madre.
—Cuál es vuestro trabajo?
—Hemos creado el método MS Mentium con la unión de las disciplinas de la psicología, la psicoterapia y la kinesiología. Tenemos un gabinete a los Pallareses. A principios de mayo, Lara viajará a los Estados Unidos para poner en marcha nuestro protocolo de marca tarraconense. El método es una manera rápida de entrar en el interior de la persona. Cuando hay un conflicto amoroso acostumbra a haber uno de los dos conjugas que no lo acaba aceptando del todo bien. Si este no ha hecho bien el luto de la separación, entrará en una primera fase de depresión. Empezará a sentirse cansado y creer que no sirve en el trabajo. Si eso lo vinculamos a una pareja con hijos, el resultado puede ser crítico y la persona entrar en una espiral de noches sin dormir. Después tenemos otro tipo de paciente que nos dice que tiene un problema en el hígado o un desequilibrio hormonal. Y descubrimos que estos problemas se han presentado después de una separación. Nosotros utilizamos todo un protocolo para desmontar el comportamiento vinculado a nuestro ADN. Nosotros te explicamos porque no tienes autoestima.
—Cuál es el caso más extremo que habéis tratado?
—Hemos visto que, en función de cómo la persona vive la emoción que le provoca la ruptura, hecho que denominamos el «resentir», esta se puede manifestar en una parte u otra de nuestro cuerpo. Eso no lo hemos inventado nosotros, hace miles de años que se explica, es la base de la medicina china. Un desequilibrio emocional siempre se acaba manifestando en un desequilibrio físico. Hay mucha gente que tiene problemas en caderas, pies o piernas porque su cuerpo les está diciendo que tienen que hacer el luto y cerrar temas. Simplificando los términos, un conflicto de este tipo puede llegar a degenerar en un cáncer, como máxima consecuencia.
—Hablamos con ejemplos.
—Si tú y yo nos separamos y yo soy del prototipo «macho alfa», me lo tomaré muy mal porque te has ido con otro. Eso lo traduciré en un hundimiento y un menospreciode mi persona. Ahora bien, si estudiamos cómo vinculamos este «resentir», podremos trabajar el conflicto. Tenía un caso de un paciente que le pasó esta situación, pero resulta que, si miramos dentro de su familia, su padre siempre lo había tratado despreciándolo. Además, este trato también es el que había transmitido el abuelo a su padre. Por culpa de la mochila genética o de las memorias procedentes de nuestra familia tendremos una mayor o una menor capacidad de adaptar e integrar cada uno de los conflictos que nos suceden en nuestra vida. Por otra parte, por ejemplo si soy mujer y me han puesto los cuernos, tengo muchas posibilidades de sufrir problemas con mis órganos sexuales o con el pecho. No es una causa directa, es una suma de varias vinculaciones.
—Qué relaciones hay con la afectación de los órganos?
—Si la separación la he vivido como un hundimiento de mi familia, me afectará por ejemplo al riñón. Sin embargo, si lo vivo como un odio hacia la otra persona, me resentiré el hígado. Si este se convierte en rabia puede afectar a la vesícula biliar y, si la emoción todavía es más intensa, puede llegar a afectar al páncreas. Todo eso explicado desde una manera simplificada, como decíamos todo deriva de una serie de vinculaciones y de lo que llamamos«terreno adobado» que es la suma de memorias del ADN basuray que pasamos de generación en generación. No tenemos que olvidar que todavía hay memorias de la guerra. Algunos casos se ven reflejados cuando una mujer no puede quedarse embarazada a pesar de quererlo.
—Cuál es la solución o la prevención para las parejas?
—El diálogo. Hablar y entender que, aunque estamos en el siglo XXI, la estructura biológica de un hombre y una mujer es diferente.
—Estos conflictos se hacen más presentes en fechas señaladas como la de Sant Jordi?
—Normalmente, acuden un elevado número de parejas cuando ha pasado un mes o un mes y medio de la festividad. Por Sant Jordi las parejas hacen un último esfuerzo, pero después acaba golpeando. Recomiendo sentarse y hablar durante estos días.