Denuncia el secuestro de su hija de 5 años en manos de su exmujer
Màrius Lleget teme por la vida de la pequeña, que vieron por última vez el pasado 29 de abril, cuando llegaba de colonias
El pasado domingo 25 de abril, Màrius dejó a su hija Naira con su madre. No laha vuelto a ver más. La pequeña, que vive con su madre en Vilafranca del Penedès, hace más de ocho días que no va a la escuela y tampoco ha asistido a la visita concertada con la asistenta social.
La desaparición ha tenido lugar pocos días después de una sentencia que daba la custodia de la pequeña al padre. El pasado 22 de abril, el Juzgado número 1 de Valls otorga la guarda y custodia de la niña a su padre, y siete días después, madre e hija desaparecen. «En lugar de hacer un recurso, su respuesta es llevarse a la niña lejos de mí», asegura Màrius.
Según explica el denunciante, la semana pasada los Mossosd'Esquadra entraron en la vivienda donde residen su exmujer y su hija, en Vilafranca del Penedès, y sólo encontraron maletas, como si estuvieran a punto de hacer un viaje. Pero de ellas ni rastro. «Quizás se han marchado a Argentina sin mi consentimiento», comenta Màrius. Según explica, «mi exmujer sufre esquizofrenia y maltrata a nuestra hija. Sufro porla vida de la Naira», asegura desesperado y preocupado.
Màrius está seguro de que su exmujer «se ha llevado a la niña gracias a la ayuda de miembros de la asociación DHIDES –una entidad que hace de mediadora en situaciones de conflicto conyugal–». Por parte de los miembros que forman DHIDES, aseguran que la entidad sólo ha hecho de mediadora en situaciones conflictivas, y que no saben dónde se encuentran en este momento Natalia y la Naira.
El calvario de Màrius
Màrius Lleget, nacido en Barcelona, hace tres años que vive en Tarragona, para estar cerca de su hija Naira. Su calvario empezó el año 2011, cuando la relación con su mujer se rompió poruna serie de denuncias por maltrato, de las cuales Màrius siempre ha salido absuelto.
El año 2004, Natalia y Màrius se enamoran y se van a vivir juntos a un piso del barrio de Sants de Barcelona. Desde un primer momento, según explica Màrius, él dejó claro que no se quería casar ni tener hijos con ella, «ya que nos llevamos 30 años», explica. Al principio todo era perfecto, pero poco a poco «la persona que conocí se fue convirtiendo en otra», asegura Màrius. «Me di cuenta de que había heredado la enfermedad de su padre, la esquizofrenia,» asegura. También añade que «incluso me envenenó dejándome casi ciego, hasta que no acepté casarme con ella».
Màrius ha enganchado carteles con la foto de la pequeña Naira por las calles de Tarragona y de Vilafranca del Penedès. Tiene la esperanza de encontrar pronto a su hija con vida, y así empezar una nuevo camino.