Las obras de la escuela Arrabassada no empezarán hasta el año 2018
Los colectivos educativos no están de acuerdo con el cierre de tres líneas de P3 y la apertura de dos, en las escuelas tarraconenses
Las obras de la escuela Arrabassadaempezarán en el 2018. Así lo confirmó ayer el departamento de Ensenyament, aunque se trata de una fecha que no ha convencido a los agentes implicados. La presidenta de la Asociación de Madres y Padres, Sílvia del Canto, se muestra escéptica con esta noticia, ya que «son muchos retrasos con las obras, nosotros queríamos estar en el nuevo edificio durante el curso 2017–2018, y ya no podrá ser». De todos modos, la presidenta se muestra «esperanzada» de, finalmente, haber podido concretar una fecha. «Llevamosocho años en barracones. Hay alumnos que han pasado toda la etapa de educación primaria» denuncia del Canto, aunque también quiere ser positiva porque, a pesar de todo «parece que ya no tiene que haber ningún obstáculo, que las cosas empiezan a ir por el buen camino». Porobstáculos, la presidenta se refiere a todos los problemas administrativos con los cuales se ha encontrado el proyecto a lo largo de los años. Lo principal fue que, el terreno donde se tenía que construir la nueva escuela, estaba en un terreno ligeramente inclinado y «suponía un sobrecoste muy grande parala Generalitat tener que allanarlo», explica del Canto.
Desde la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Cataluña (FaPaC) también son reticentes con el anuncio de la Generalitat y desconfían que sea una fecha cerrada, sin posibles cambios en un futuro. «Si la Generalitat tiene prorrogados los presupuestos de 2016, como tienen que planificar nada de cara al 2018,» se cuestiona Mònica Andreu, representante territorial de la FaPaC en Tarragona. El presidente territorial, Lluís Pallejà, está de acuerdo con Andreu, y dice que, con la cantidad de escuelas de toda Cataluña que se encuentran en la misma situación, el anuncio dela Arrabassada exclusivamente, es sospechoso. Además, el presidente explicaba que, la construcción de nuevos centros puede ser un tema polémico porque, en territorios con mucha concentración de centros, se pueden crear agravios comparativos. «La construcción de laArrabassadano creo que afecte a los centros de los alrededores. En Tarragona están dispersos, así que, seguramente no haría efecto llamaday los centros no tendrían que sufrir porqueque se les marchen las familias, que es una cosa que podría pasar en Reus».
La directora territorial de Enseñanza, Sílvia Rodes, explicaba ayer que «estamos en redacción de proyecto y dirección de obra, tenemos una partida asignada de 345.000 euros, después se adjudicará la obra y se iniciará hacia el 2018». Rodes quiso dar esta «buena noticia» durante la mesamixta de Enseñanza. «Empleamos muchos esfuerzos para que el proyecto salga adelante, es un barrio que se lo merece», añadió.
La escuela de l'Arrabassada, sin embargo, no es el único centro que se encuentra dando clase en barracones. También está la escuela Ponent, a la cual, además, le han retirado una línea de P3. A modo compensativo las administraciones asumieron el compromiso de destinar 150.000 euros en los próximos meses, que irán destinados a ganar más espacio, dada la ubicación estratégica a la zona, cerca de las Gavarres y del futuro Ikea.
Menos líneas, más ratios
Tarragona se quedará con una línea menos P3 de cara al curso 2016–2017. Los servicios territoriales de enseñanza anunciaron ayer que las escuelas de Ponent, los Àngels y Cèsar August perderán una línea, mientras que se abrirán de nuevas en la escuela Tarragona y en el colegio Marcelí Domingo. Esta noticia no ha gustado entre los colectivos implicados. El director de los Àngels, Víctor Pomerol, dice no estar satisfecho, ya que «si nos hubieran mantenido las tres líneas, podríamos haber reducido las ratios a las aulas, y dar clases de 17 o 18 alumnos, y no las de 23». Pomerol, sin embargo, afirma que «no hay nada que hacer, si yo lo entiendo, pero hubiera estado bien poder reducir las ratios.»
Tarragona, pues, tendrá 58 grupos de P3, con 21 alumnos por clase, en lugar de los 23 de hasta ahora. A pesar del cierre de líneas, según Sílvia Rodes, la situación en Tarragona no ha sido tan grave como el resto de Cataluña. La bajada de la natalidad hacía sospechar en los miembros de la FaPaC que el cierre de líneas era una opción muy probable. Aun así, viendo el número de inscripciones que hay en todos los centros tarraconenses, consideran que se podría haber evitado el cierre de ninguna línea, y no trabajar desde la reordenación de los alumnos por el territorio. El mismo dice Pallejà, que, además, considera que el proceso no es lo bastante transparente y lo cual no se tendría que tratar a las escuelas como entidades independientes, sino como parte de un conjunto: «Juegan a tratar los centros como líneas separadas. Por ejemplo, tenemos información de Tarragona y no de Reus. Hay poca transparencia».
«En Sant Pere y Sant Pau hace tiempo que había más demanda que plazas, y la de los Ángeles la podrían haber mantenido», dice Andreu. La representante de las familias asegura que, cerrar sólo treinta y dos plazas es innecesario, y que «se tendría que haber hecho una redistribución y mantener las plazas, para bajar las ratios». Además, denuncia que las plazas que se cierran son todas públicas. ¿«Es que no afecta a la baja natalidad en las concertadas»? se pregunta Andreu, que valora que también se podría haber reducido el concierto a las escuelas concertadas y que, en ningún caso, se ha hecho.