La alerta evidencia la ausencia de UCI pediátrica al Joan XXIII por falta de voluntad política

La alerta porel enterovirus que ha afectado a 40 menores desde el pasado mes de febrero ha puesto en evidencia, nuevamente, la falta de una Unidad de CuidadosIntensivos (UCI) pediátrica en el hospital Joan XXIII y, de hecho, en toda la demarcación de Tarragona. La reapertura de la UCI pediátrica es una vieja demanda del centro y de los profesionales, una necesidad social y una reivindicación de las administraciones locales. A pesar de eso, la UCI pediátrica del Joan XXIII –o en cualquier hospital de la demarcación– ha chocado, desde el 2001, con la falta de voluntad política para hacerlo posible. Camasy el personal para asistir durante 24 horas a los pacientes es lo único que se necesita para sacar adelante este servicio; es decir, la voluntad de invertir.

Cuatro menores permanecen hospitalizadosen el Joan XXIII porel enterovirus, según datos de Salud, sin embargo, la derivación de los casos más graves de Tarragona al hospital Vall d'Hebron de Barcelona-almenos se produjeron cuatro el martes, pero podrían haber sido más– se podría evitar si los hospitales comarcales dispusieran de este servicio. Cada año se derivan cerca de 400 menores de Tarragona a hospitales de Barcelona por este motivo.

Desde el año 1972, el hospital Joan XXIII cuenta con una UCI neonatal que asiste los problemas médicos y quirúrgicos de los bebés en los primeros días de vida y, especialmente, a los prematuros. Sin embargo, la UCI pediátrica, para niños mayores, se cerró el año 2001. La presión de la natalidad de entonces –nacían a razón de 9.000 bebés anualmente– hizo que los recursos de la UCI pediátrica se destinaran a la neonatal con la promesa de abrir cuatro camasen el futuro que nunca llegaron.

Fuentes del hospital Joan XXIII aseguraban ayer que, a pesar de no tener UCI pediátrica, se dispone de una camapara garantizar la asistencia ocasionalmente. Esta camaserviría para estabilizar los casos más graves cuando ingresan en el hospital Joan XXIII, antes de su traslado, pero en ningún caso se trata de una UCI pediátrica permanente.

En los cajones de la Generalitat permanece el proyecto para reabrir la UCI pediátrica que se tenía que hacer el año 2003, de acuerdo con los mandos del Instituto Català de la Salut, que recavó información sobre las necesidades del territorio. Pero, con la construcción del nuevo hospital Sant Joan de Reus en el horizonte –con una superficie de 74.000 metros cuadrados– y la presión de los centros hospitalarios barceloneses para concentrar las especialidades pediátricas, según profesionales médicos, frenaron el gobierno catalán sine die, su titular de Salud era, entonces, la socialista, Marina Geli.

El hospital Joan XXIII ha llegado al año 2016 sin UCI pediátrica. La promesa, sin embargo, continúa vigente y ha ido cambiando de manos. El pasado mes de enero, sin ir más lejos, el nuevo delegado de la Generalitat en Tarragona, el republicano Òscar Peris, decía que, entre los proyectos previstos por esta legislatura estaba la implementación de esta unidad de cuidadosintensivos. El pasado día 5, el mismo alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, exigía un nuevo hospital para el Joan XXIII y reclamaba las inversiones necesarias a la Generalitat de Catalunya, una reivindicación extrapolable en cualquiera de los hospitales tarraconenses. El hospital Sant Joan de Reus cuenta con espacio, pero no con recursos para optimizarlo.

La proliferación de casos de gravedad en poco tiempo y la concentración de los mismos en la demarcación, como se está produciendo, compromete el sistema sanitario catalán y evidencia la concentración de recursos en detrimento de las comarcas tarraconenses.