Grupos de jóvenes se suben a la polémica valla publicitaria para hacerse 'selfies'

Según aseguran los residentes en la zona, los jóvenes se van intercambiando los roles: unos suben para que les hagan las fotos desde abajo, y después lo hacen a la inversa. También se hacen desde arriba.

«Aquí puede pasar cualquier cosa! Imagina que caen... Eso sucede porque este tótem se ha colocado en un núcleo urbano. Si estuviera en una carretera, estoy segura de que nadie subiría a hacerse selfies», comentaba la presidenta, recordando que los vecinos ya hace seis meses que protestan, porlo que consideran una colocación inadecuada de este elemento publicitario.

Zanja con peligro para los niños

Aparte, tal como ya avisaron con anterioridad, los vecinos están preocupados por una zanja abierta al lado de la estructura, donde presumiblemente se tenían que instalar los cables de electricidad, a fin de que la valla publicitaria también pudiera cumplir su función de noche. «Los niños juegan por allí y hay algún cable. No hay ningún tipo de cierre en el terreno», comentaba Rodríguez, quién aprovecha para recriminar al propietario del solar la total dejadez. «De allí hemos llegado a encontrar incluso jeringas», añadía.

Según asegura, si la gran valla publicitaria no desaparece en un corto plazo de tiempo, «iremos también a por el propietario del terreno. Lo denunciaremos, si hace falta, también a él». De momento sin embargo, los vecinos, a quien|quién exigen diligencia es en el consistorio tarraconense, que en enero dio un mes de plazo a Anunzzia, la empresa publicitaria, para que desmantelara la gran estructura. Miembros de la asociación se han presentado semanalmente en el Ayuntamiento para conocer el estado de los trámites, obteniendo respuestas contradictorias. «Una semana te dicen que les han puesto una multa y que ya lo han pagado, el otro que no está pagada...», comenta la presidenta. La única certeza con que cuentan ellos, tal como indicó el Ayuntamiento, es que la valla publicitaria se instaló sin tres permisos básicos: el del Ministerio de Fomento, para situarse cerca de una carretera; el de Aviación Civil, para estar cerca del aeropuerto reusense; y el de la Generalitat, sobre la arqueología del espacio. «Ya no sabemos ni cuándo la sacarán porque han pasado los plazos de requerimientos por vía administrativa y por vía judicial y todavía sigue en el mismo lugar», se lamentaba Rodríguez.

Este jueves a las nueve de la mañana, tienen concertada una reunión con el concejal de territorio del Ayuntamiento, Josep Maria Milà. Si no salen con la confirmación de retirada de esta estructura de 17 metros, reanudarán la idea de movilizarse: «Los vecinos ya querían cortar la carretera, yo dije que nos esperáramos a esta reunión. Si no va bien, empezaremos pronto los cortesde la T-11», explicaba la presidenta. La idea es interrumpir la circulación cada sábado, de once a doce de la mañana.