Joan XXIII aplica un sistema de rehabilitación pionero a 550 pacientes

El hospital Joan XXIII ha ofrecido el nuevo sistema de rehabilitación física en el UCI a 550 pacientes en los últimos cuatro meses, y todos han mostrado una mejora significativa con respecto al anterior sistema. «Sabemos que funciona, pero hay barreras culturales», explicaba ayer Mònica Magret, médico intensivista en el hospital Joan XXIII. La doctora es una de las promotoras de un proyecto pionero a Joan XXIII, que adelanta el momento en que los pacientes del UCI empiezan la rehabilitación física.

Hay muchos estudios que corroboran que cuanto antes empiece el movimiento, mejor será la rehabilitación del paciente. En la práctica, sólo Joan XXIII tiene establecido un protocolo de «movilización precoz». Este consta de cinco fases, las tres primeras ya se realizaban, pero desde los últimos cuatro meses, se han empezado a aplicar la cuarta y la quinta. Son fases que reducen el riesgo de atrofia muscular y ayudan a acortar el tiempo de recuperación. Las fases se diferencian porel nivel de autonomía del paciente, empezando cuando todavía está sedado e inconsciente y acabando cuando el paciente se puede mover por si solo. En las últimas fases, por ejemplo, el paciente puede empezar a caminar haciendo uso de una grúaque sostiene todo su peso, así que sólo necesita concentrarse en hacer correctamente el movimiento de las piernas. «Los pacientes agradecen no estar postrados en una cama, y poder empezar apracticar. Hace falta un cambio de mentalidad, y no dejar a los pacientes inmóviles», aseguraba la doctora, ayer durante las jornadas de presentación del sistema de movilización precoz, organizadas en colaboración con el hospital ParcTaulí de Sabadell.

A lo largo de toda la tarde, en el Rectorado de la URV, cerca de dos centenares de asistentes, la mayoría de los cuales eran profesionales de la medicina y la enfermería, pudieron escuchar de primera mano los beneficios del sistema, así como conocer las experiencias de los mismos pacientes. Entre ellos, José Luís, que decía que «no me podía creer que estuviera caminando, no me parecía posible, pero lo fue». Además, afirmaba que psicológicamente era muy positivo, y que «me devolvieron las ganas de vivir y seguir adelante».

También Dolors recibió el tratamiento de movilidad, ella desde la primera fase. «Estuve casi diez días inconsciente, y cuando me desperté no podía ni hablar. Al cabo de dos días ya estaba caminando. Sin la grúa, todavía estaría estirada en aquella cama», aseguraba.

Durante las jornadas también se presentó un proyecto del instituto de InvestigacióSanitaria Pere Virgili, que se centra en la parte neurológica de la rehabilitación. El neuropsicólogo, Marc Turon, explicaba que el proyecto «de estimulación precoz», tendrá que ayudar a los pacientes a minimizar los síntomas de confusión, desorientación y cualquier secuela cognitiva que pueda sufrir al despertarse al hospital. En este caso, a diferencia del proyecto de movilidad, todavía no está demostrado que el sistema funcione, pero los investigadores ha han podido ver los primeros resultados positivos.