Se agrava la problemática del ruido por los vecinos de Parque Francolí

Los vecinos de los tres bloques|blocs de pisos de Parque Francolí iniciaron hace cinco meses una recogida de firmas por conseguir que el Estado instalara, en el tramo de la autovía A-7 que pasa delante de su casa, una barrera de aislamiento acústico, como las que ya hay en la misma vía a la altura de la Canonja o de la urbanización el Escorpión. Las 388 firmas parece que, hasta ahora, han tenido muy poco efecto, ya que los vecinos continúan tal como estaban, con ruido las 24 horas del día. De hecho, según ellos mismos explican, están todavía peor porque, con la llegada del calor, muchos se ven obligados a abrir las ventanas para hacer correr el aire, y todavía reciben más impacto acústico en sus viviendas. «De momento, no nos queda más remedio que intentar asimilarlo. Con el calor abro más las ventanas y noto el ruido sobre todo cuando voy a dormir», explicaba a Diari Més María José Bejarano. La propietaria reivindica la barrera, también para reducir la contaminación, «entra mucho polvo muy negro de todos los camiones y coches que pasan por la autovía... Estoy un poco preocupada por mi hija, que tiene mucha tos».

Supera los niveles recomendados

Según un informe elaborado por la Dirección General de Carreteras del Estado que mide el ruido en varias redes, los vecinos de Parc Francolí y los alumnos y profesores de la Escuela Tarragona (que está al lado) están sometidos a entre 65 y 69 decibelios, llegando algunos pisos del edificio más enganchado a la carretera (el número 1) en la cota de los 70-74 decibelios. Muy por encima del 55 decibelios que la Organización Mundial de la Salud (OLMOS) recomienda no superar durante el día.

«Nosotros hemos hecho un cierre en la terraza, pero igualmente utilizo tapones a las noches para dormir desde que vivo aquí», decía resignada Fernanda. «Ojalá que pongan ya las barreras, no sé si es porque estos días se marcha la gente de vacaciones y hay más coches, pero noto mucho más el ruido», explicaba Boulanoneur Ahdilladr, otro de los vecinos.

Pero los vecinos no sólo reclaman la barrera para atenuar el sonido, también por su seguridad. «Puede caer un camión enorme y volcar en el parque», razonaba Laura Gómez. «Es una zona escolar y tendrían que tenerlo muy en cuenta. El Jardín de Infancia donde llevo a mi hija tiene el patio justo en el lado donde está la autovía...», comentaba Laia Queral. Su hija empieza el próximo curso P-3 en la escuela del lado y, según explica, le gustaría que lo hiciera ya con una barrera protectora instalada.