Huye de un control y lo detienen porque se detiene a poner gasolina

Una huida de película de acción con final de comedia. Es lo que sucedió la madrugada de este miércoles a Tarragona. Un vehículo de alta cilindrada, un BMW M6 de color negro, se saltó un control policial de la Guardia Urbana (por causas desconocidas) en la salida de Tarragona en dirección al polígono Río Clar, cerca de las doce menos cuarto de la noche del martes. Los agentes iniciaron la persecución, pidiendo refuerzos a más patrullas.

El vehículo recorrió prácticamente todas las carreteras de los alrededores de la ciudad mientras intentaba escapar: la persecución se realizó por la T-11 en dirección hacia Reus, por la A-27, e incluso, por la autopista AP-7. Por el camino fue cometiendo toda una serie de infracciones, que todavía agravaron más la situación.

Las unidades de la Guardia Urbana le perdieron la pista al no conseguir mantener su ritmo de huida. Rápidamente, los agentes comunicaron también la huida a Mossos, facilitándolos todos los datos del vehículo, con el fin de la cual se pudieran sumar a la investigación|búsqueda.

Se le estaba acabando la gasolina

Una vez había despistado ya a la policía, el fugitivo se dio cuenta de que se le estaba acabando la gasolina del vehículo, por lo que tuvo que buscar una gasolinera donde parar, por continuar la marcha. No se le ocurrió otra cosa que adentrarse hasta el corazón de la ciudad, donde en aquellos momentos varias unidades policiales continuaban la búsqueda. Así, el conductor del M6 se dirigió hacia la gasolinera Shell situada cerca del puente de la Petxina del Serrallo. En aquellos momentos había un dependiente y al menos un cliente. El fugitivo estacionó en el surtidor número 7, situado más en el lado de la calle de Torres Jordi, según explican los mismos trabajadores de la gasolinera, y salió del coche rápido, dirigiéndose hacia la ventanilla desde donde el trabajador atiende durante todo el turno de madrugada a los clientes. No estuvo mucho de suerte el fugitivo, ya que en aquel momento otra persona ya se encontraba delante de la ventanilla, esperando también para pagar la recarga. «Le dijo a mi compañero que, por favor, le pusiera primero a él, y rápido, lo que le estaba pidiendo», explicaba ayer a Diari Més el trabajador.

El hombre llegó a inventarse, incluso, una historia a fin de que lo dejaran pasar delante, «dijo que tenía su mujer muy grave ingresada en el hospital, y que tenía mucha prisa, pero mi compañero le dijo que se esperara, que primero había otra persona», relataba el trabajador. Cuando llegó su turno, pidió 30 euros de gasolina 95 y fue corriendo a ponerla. Fue en aquel instante cuando un vehículo de los Mossos, que ya estaba buscándolo, vio el vehículo. Se acercaron rápidamente e identificaron al hombre. Al cabo de pocos según aparecían ya toda una serie de vehículos policiales, de Mossos y Guardia Urbana. Según explican los trabajadores, fueron un total de siete unidades (unos catorce de agentes) los que rodearon por completo al hombre huido. Agentes de la Guardia Urbana procedieron finalmente a su detención, acusándolo de un delito contra la seguridad vial. La grúa municipal se hizo cargo del vehículo de gran cilindrada y la gasolinera, custodiaba todavía ayer, en un sobre para entregar a la policía, el importe que el hombre pagó, pero no llegó a utilizar.

Los vecinos que viven más cerca explicaban ayer que no se enteraron de nada, ya que la policía no utilizó las sirenas.