Los robos en Ropa Amiga se han reducido drásticamente con los nuevos contenedores
La entidad se plantea aumentar la frecuencia de recogida, al ver como algunos quedan llenos rápidamente, a pesar de pasar dos veces por semana
Los nuevos contenedores de recogida de textil usado de Ropa Amiga implantados en la ciudad de Tarragona a abril, empiezan a dar resultados. La principal novedad era la modificación del sistema de abertura: de un candado se pasa a un intrincado sistema que no deja a la vista la cerradura y que impide la abertura forzándolos con una palanca. «No sé cómo lo hacían pero metían algo en la cerradura, como un molde, y conseguían hacer una copia de la llave para poder abrirlos», explicaba Maria Jurado, miembro de la Cooperativa Ropa Amiga.
El nuevo mecanismo, muy innovador, importado de otras empresas y «muy caro», como aseguraba Jurado a Diari Més, ya había conseguido hacer caer los robos en el contenedor de la prueba piloto hasta un 80%. Con la instalación de nuevas unidades, la tendencia se confirma y la satisfacción dentro de este conglomerado de empresas de inserción social sin ánimo de lucro es enorme. «Los últimos meses la cosa ha cambiado mucho en Tarragona. Cada vez que detectábamos un nuevo método de robo buscábamos una manera para intentar evitarlo», exponía a la representante de Ropa Amiga.
Aunque, de momento, desde la Fundación Amiga prefieren ser cautelosos, la situación es insólita: el número de kilos de ropa que se recogen en la ciudad ha crecido de forma importante. Tanto, que las dos furgonetas que cogen la ropa de los 50 contenedores (la mayoría con el nuevo sistema) de la ciudad no dan abasto. «De los nuevos contenedores no han podido abrir ninguno. Los mismos chóferes de nuestras furgonetas nos dicen que antes tardaban mucho más en llenarse», explicaba Jurado, comparándolo con los incontables robos que sufrían prácticamente cada día. Ahora los cuatro trabajadores (dos conductores y dos ayudantes) están un poco desbordados porque muchos contenedores se llenan del todo, y los vecinos y el Ayuntamiento de Tarragona, incluso, tienen que llamar a la entidad para que pasen a vaciarlos antes de tiempo. «De todos modos cuando nos avisan, pasamos por el punto en menos de 24 horas», prometía la miembro de la entidad.
Ampliar las rutas de recogida
Los responsables ya están estudiando ampliar la recogida actual que se realiza dos veces por semana. «Tenemos unas rutas marcadas pero, con esta nueva situación, estamos tratando de hacer cambios. Podría ser que las ampliáramos pero se tiene que mirar cuál sería la forma, si dividir las rutas o dotarlas de más frecuencia», apuntaba Jurado. Aunque la pronunciada reducción del número de robos es la causa más clara de esta recogida mayor, desde Ropa Amiga también apuntan al crecimiento de la confianza de los tarraconenses: La gente confía más porque sabe que se están tomando cada vez más medidas por asegurar en que la donación de la ropa tenga sentido. Está claro que si la gente ve que lo están robando pensará que porque lo tiene que meter allí...». Una vez recogida, la ropa pasa en la Planta de tratamiento textil de Sant Esteve Sesrovires donde se realiza la clasificación de los tejidos que se tiran. La ropa de mayor calidad (el 7%) se vende en tiendas de carácter social o se entrega a personas necesitadas. La ropa reutilizable (un 55%) se exporta y se comercializa en el África donde será vendida en mercados a precios muy asequibles para la población. La ropa reciclable (un 30%) se destina a la reutilización de los tejidos. Finalmente, los elementos o las prendas de ropa directamente inutilizables (un 8%) se envían a plantas, donde se queman para producir energía.
De las 4.250 toneladas de ropa recogidas el año pasado en Cataluña (que permitieron mantener más de 100 puestos de trabajo), 418 toneladas eran de Tarragona.