«En la convocatoria se ha incorporado una prueba de claustrofobia y de vértigo»
Gatell habla de todo el proceso de selección de los nuevos bomberos y de cómo es el día a día de un profesional acostumbrado a vivir situaciones límite
—¿Qué requisitos tiene que tener una persona para poder ingresar en el cuerpo de bomberos de la Generalitat?
—Tiene que tener sobre todo ganas de serlo. También hacen falta toda una serie de requisitos físicos. La persona tiene que tener una combinación de resistencia, fuerza y agilidad. No hace falta que sea ni muy fuerte ni muy resistente, pero sí que tiene que tener las capacidades suficientes. Todo el mundo que pase las pruebas está capacitado.
—¿Qué pruebas más hacen aparte de las físicas?
—Hay una prueba de conocimientos con temario sobre salvamento, aparte de muchas otras tareas. Este año, en esta nueva convocatoria se ha incorporado una prueba importante: de claustrofobia y vértigo. Es una parte más específica que sirve para detectar estos aspectos.
—¿En qué fase del proceso se encuentran los nuevos bomberos que se tienen que unir ahora al cuerpo?
—En estos momentos están haciendo la prueba médica y psicológica. Los seleccionados pasarán a la escuela de Bomberside ProteccióCivil para hacer un curso que dura unas 700 horas. Después tendrán que pasar un periodo de prácticas y, si lo superan, tendrán el acceso al cuerpo. Se queda mucha gente fuera, son 153 plazas paralas 3.000 personas que se han presentado.
—La situación del cuerpo de bomberos es complicada, en estos momentos, se están produciendo muchas jubilaciones y ya hace tiempo que no llega nuevo personal. ¿Cómo lo afrontan?
—Sí, venimos de un tiempo que por las mismas limitaciones económicas no se han podido hacer nuevas convocatorias. La última fue el año 2009, aunque se acabaron incorporando en el 2011. Éstos de ahora, hasta que no acaben todo el proceso, no se incorporarán hasta finales del 2017. Estamos hablando de 6 años sin nuevas incorporaciones. Un número determinado de jubilaciones no se han cubierto. Aparte, los Bombers tienen la posibilidad de jubilarse a partir de los 60 años, es una opción que la mayoría de gente ejerce. Hemos tenido carencias de gente, con una situación rallante... Tenemos muchas ganas de que todas las bajas que se vayan produciendo como mínimo se cubran para dar respuesta a las nuevas necesidades.
—¿Cómo hacen para que los bomberos nuevos no se tiren a cometer heroicidades, poniéndose a sí mismos en peligro?
—Por eso pasan un curso de formación, para poder templar estas imprudencias que, a veces, también cometen algunos mayores. A veces pasa que ves que no puedes hacer todo lo que querrías, y te pones en una situación que a veces no hace falta. Cualquier afectación de los bomberos acaba empeorando la resolución de la emergencia, porque se pone más difícil.
—¿En qué piensa y qué hace un bombero desde que lo avisan de un incendio hasta que llega al lugar?
—Cuando llega la situación te toca activarte. Cuando vas hacia el lugar, lo primero es tener muy claro qué te encontrarás. Hay que recoger la máxima información, saber a qué te enfrentas. Después toca seguir el procedimiento establecido. De camino tienes que equiparte. El mando reparte las tareas al momento de llegar.
—¿Qué hace exactamente el mando?
—Va en el primer vehículo que llega. Estudia todos los alrededores, tiene que hacer una observación de 360 grados y mirar todo lo que lerodea. Eso puede parecer que comporte mucho tiempo, pero se hace en 30 segundos, en un minuto o en un minuto y medio. Todo depende de la situación, del tipo de construcción, de las posibilidades de acceso... A partir de aquí, se toman decisiones que después se transforman en órdenes.
—¿Cuáles son los momentos más duros?
—Los momentos más duros, en según qué intervenciones, se producen después de la actuación. Son situaciones donde hay víctimas, sobre todo si son niños. También cuando ha habido una afectación de tipo personal o de compañeros.
—¿Disponen de psicólogos para tratarlos?
—Sí, tenemos una unidad de apoyopsicológico, cuando se requiere se activa y vienen a hablar con la gente.
—¿Qué consejo le daría a los jóvenes que aspiran a entrar en el cuerpo?
—Más que un consejo les diría que se cojan el trabajo con ilusión. Lo que haces es ayudar a las personas cuando tienen problemas. Es un trabajo que gusta, apasiona y reconforta.
—¿Qué les pasa por la cabeza cuando ven que tienen un incendio absolutamente fuera de su control?
—Nosotros sabemos que, tarde o temprano, nos haremos con él. Lo que intentamos es reducir la incertidumbre. Todas las situaciones se hacen con el objetivo de reducir la incertidumbre. El fuego está estudiado desde hace bastantes años. Nos ayuda mucho la unidad GRAF(especializada en incendios forestales) que nos ha aportado mucho conocimiento. Hace 20 o 30 años no se conocía tanto el fuego, ahora lo combatimosde una forma más científica. Podemos decir que, aunque hay un momento donde nos supera, sabemos encontrar cómo apagarlo.
—¿Usted ha vivido muchos episodios en todos estos años haciendo de bombero?
—Se me ha hundido el suelo, me han caído encima techos... He vivido situaciones complicadas, pero no he sentido nunca la sensación de estar en un peligro inminente.
—¿Qué le pasa por la cabeza cuando ve que se le está hundiendo el suelo en donde está?
—Cuando te caes, en un primer momento piensas que te puedes hacer daño. Pero caessólo de un piso. Yo por suerte no, pero hay compañeros que se han hecho daño, o se han roto la pierna. Eso se produce en situaciones donde las estructuras sufren y nosotros no somos capaces de valorar que el lugarno está en buen estado.
—¿Cómo viven sus familias esta situación de peligro continuo en la que vivenustedes?
—Lo tienen asumido. Creo que para la mayoría representa un orgullo tener un familiar bombero.