La avenida Andorra sacrifica actos para los niños de las fiestas por la falta de ayudas

Si nadie pone remedio, los vecinos de la avenida de Andorra tendrán este año, el primer fin de semana de septiembre, unas fiestas de barrio un poco más disminuidas de lo habitual. Los más pequeños serán los que peor paradospodrían salir. Para empezar, no podrán disfrutar del Parque Infantil. De momento no parece sencillo que puedan contar tampoco con las tradicionales bolsas de regalos que se les entregaban al acabar las competiciones, ni con muchos de los trofeos que ganaban. Aparte, por problemas de permisos, la asociación ha decidido dejar de hacer por primer año la Paella popular.

Así, que la falta de ayuda de algunas empresas a la hora de regalar pequeños objetos de merchandisingpara los más pequeños, sumado a las trabas administrativas del Ayuntamiento para cocinar comida en la calle, y la caída de ingresos por la reducción de socios a la asociación, han acabado creando una tormenta perfecta que amenaza con acabar con el espíritu de una de las fiestas mayores de barrio a más veteranas del centro de la ciudad.

«Hasta este año todos los niños y niñas que participaban en las actividades se llevaban una bolsita con regalos. Pero los negocios, las tiendas y las grandes empresas que siempre nos daban cosas y regalos para poner en las bolsas, nos están fallando. He enviado un correo a Tarragona 2017 y nos han dicho que no tienen nada de merchandising para darnos, ni un bolígrafo. El Eroski, que siempre nos daba dos o tres cajas llenas de camisetas, tampoco nos da nada. Y el Spar, que tenemos dos en nuestra zona, también nos está fallando, antes lo hacían muy bien, un año nos regalaron 200 sombrillas, todo el barrio tenía», explicaba a Diari Més el presidente de la asociación de vecinos Tàrraco, Pere Calvet. Los problemas internos también pesan, «antes éramos 2.000 socios, ahora somos muchos menos. Tenemos una merma, a muchos no les va bien pagar. Si antes recogíamos de los vecinos 400 o 500 euros por las fiestas, ahora conseguimos la mitad», comentaba. «Muchos vienen a pagar una semana antes de las fiestas, pero ya no podemos hacer nada. Lo tenemos que organizar todo dos o tres meses antes porque hay que pedir los permisos», añadía.

Todo hace que el exitoso Parque Infantil que se instalaba los sábados en medio de la avenida no se pueda contratar este año. «No podemos pagar los 1.000 euros que cuesta», resumía. Tampoco las tradicionales carreras, donde han participado la mayoría de jóvenes generaciones del barrio dispondrán de tantos premios como en ediciones anteriores, «este año sólo daremos copa a los primeros de cada categoría, en el resto las medallas, ya que otros años nos había costado entre 300 y 400 euros tener las copas», aseguraba.

Otras entidades les apoyan

Hay entidades y empresas que continuarán un año más colaborando con las fiestas de la avenida de Andorra, es el caso de El Corte Inglés, que desde que se instaló en el barrio aporta dinero (antes pagaba las Habaneras) o bien contrata directamente una actividad. Este año costeará un grupo de animación infantil. Los diablos de Voramar, que desde hace 26 años vienen al barrio, tampoco faltarán a la cita, aunque han tenido que hacer lo imposible: «Les quiero dar las gracias porque lo que han hecho ellos, no lo haría nadie, han venido por un precio muy rebajado. Dicen que lo hacen porque nuestras fiestas y su entidad empezamos el mismo año, y siempre han estado», exponía Calvet. En general, a la junta de la asociación le gustaría poder cortar el paso de vehículos más a menudo, con el fin de poder organizar cenas y fiestas de forma periódica, para conseguir fortalecer los vínculos entre los vecinos de esta arteria de entrada y de salida de la ciudad.