Un grupo de jóvenes tiene atemorizados los vecinos de la calle Sant Andreu
El barrio pide más presencia de la Guardia Urbana en la zona con el fin de evitar las peleas y el consumo de droga en el Serrallo
Los vecinos del Serrallo viven atemorizados por un grupo jóvenes de entre 15 y 30 años que se sitúan, habitualmente, en la calle Sant Andreu, en el corazón del barrio marinero. Algunos de los vecinos aseguran que esta sensación de miedo se vive desde hace aproximadamente dos años, «pero ahora la situación ya es insostenible», explica uno de ellos. Los repetidos episodios de peleas, las amenazas y el consumo de drogas es lo que más preocupa los vecinos del Serrallo.
«Para ir a mi casa tengo que dar la vuelta en todo el barrio porque me da miedo pasar por aquel tramo de calle», explica una vecina. Y como ella son muchos los que han tenido que cambiar de trayecto con el fin de no encontrarse con este grupo de chicos y chicas que crean inseguridad en el barrio marinero. «Si te piden un cigarrillo|pitillo y no los mujeres, te increpan», explica otro vecino.
La Guardia Urbana de Tarragona está al corriente de esta situación y está trabajando desde el año pasado. Por norma general, cuando un vecino llama a la policía para avisar de un episodio de peleas o de incivismo, los agentes de la Guardia Urbana acuden el lugar|sitio e identifican los implicados. Este año, esta historia se ha repetido en varias ocasiones.
Fuentes policiales explican que el problema radica en un grupo de chicos y chicas que se reúnen cada día en la calle Sant Andreu, algunos de ellos tienen vinculación con el centro de menores situado en la misma calle. Estos jóvenes crean problemas de convivencia entre los vecinos, ya que hacen ruido a altas horas de la madrugada. La pregunta que se hacen los vecinos es: ¿«Cómo puede ser que a las tres de la madrugada todavía haya menores por la calle? Eso no es normal», dice una vecina.
Según fuentes policiales, la Guardia Urbana mantiene contacto con el director del centro de menores en cuestión con el fin de evitar que los menores se escapen o estén fuera del centro durante la madrugada. Algunos de los vecinos proponen poner rejas en las ventanas del CRAE o que se controlen más los menores. «Así ya no podemos vivir más», comenta un vecino. El problema, según explican, son un grupo de chicos –la gran mayoría mayores de edades– que vienen a visitar a las chicas que viven en el centro de menores. La policía asegura que en dos o tres ocasiones han tenido que devolver a las menores al centro.
Pero este no es el único problema de los vecinos del Serrallo. Además, por otra parte, hay un edificio okupa, situado en la misma calle Sant Andreu. En estos dos últimos meses ha habido, como mínimo, cuatro peleas entre personas que viven en este edificio. En las cuatro ocasiones, cuando la Guardia Urbana llegaba al lugar de los hechos, la discusión ya había acabado, lo cual no ha permitido en los agentes de seguridad detener ninguno de los implicados en todo este tiempo. Según explica la policía, cada vez que hay un altercado o un problema en esta calle, identifican los implicados. En alguna ocasión han encontrado algún arma blanca –una «navaja no muy grande», dice la Guardia Urbana–, y también droga por consumo propio. Pero la policía asegura que hace el que puede porque|para que cuando|cuándo llegan al lugar|sitio de los hechos, las peleas ya de han acabado y los vecinos no quieren denunciar por miedo a posibles represalias.
Y es que algunos de los vecinos han recibido, en los últimos tiempos, amenazas e insultos. Las personas que viven en la zona tienen miedo de la situación y no quieren ni oír hablar del problema. Aseguran que la única solución que encuentran es poner el piso en venta y marcharse del Serrallo. «Aquí no se puede vivir. Hace unos años, mis hijos bajaban solos a la calle a jugar, ahora eso es impensable», explican. Además, este grupo de vecinos tampoco reciben el apoyo|soporte de la Asociación de Vecinos del Serrallo, que aseguran que el problema no es tan grave como algunos pintan y quitan hierro al asunto. «Hasta que no pase alguna cosa grave aquí no se hará nada», asegura un vecino.
Sin ir más lejos, la semana pasada tuvo lugar un incidente desagradable. El grupo de jóvenes colocó un hilo de pescar –invisible en los ojos– en medio de la calle. Los vecinos, cuando pasaban por la zona, no veían el hilo y tropezaban. La policía no es consciente ni de este ni de otros episodios que han tenido lugar estos últimos meses, porque los vecinos no quieren denunciar por miedo a represalias.
Denuncia colectiva
Para algunos vecinos, actualmente existe una falta de convivencia social. «Se consumen drogas en medio de la calle a pleno día y hay peleas|riñas a todas horas. Estos jóvenes alteran el orden público y nos intimidan», explican algunos testigos|testimonios. Es por eso que, algunos de los vecinos, ante la inacción de la asociación, tienen la intención de recoger firmas de todas aquellas personas que viven en la zona y presentarlas, junto con un manifiesto, en el Ayuntamiento, con el fin de informar de la situación conflictiva que se vive hoy día el Serrallo.