Un detenido en Tarragona en el desmantelamiento de una red de explotación de mujeres en Ibiza

Agentes de la Policía Nacional y policías rumanos han liberado en Ibiza en la operación conjunta desarrollada la semana pasada a diez mujeres que eran obligadas a prostituirse, una de ellas embarazada de seis meses.

Según ha informado la Policía en un comunicado con más detalle, en esta intervención se ha desarticulado una organización dedicada a la captación de mujeres en Rumania para su posterior traslado y explotación sexual en calles y clubs de Ibiza.

La operación se ha saldado con la detención de nueve miembros de la organización que han ingresado en la prisión sin fianza por orden de la autoridad judicial. Seis de estos detenidos fueron arrestados en Ibiza, uno en Tarragona y otros dos en Calasari (Rumania).

La investigación se inició después de la llamada de un ciudadano que alertaba de las condiciones en las cuales se encontraba a una mujer que, según sus manifestaciones, parecía estar siendo obligada a ejercer la prostitución.

Los agentes iniciaron la investigación y localizaron a la víctima. Además realizaron dos registros en un domicilio y un prostíbulo de Ibiza, así como en otras dos viviendas de la localidad de Calasari (Rumania) de forma simultánea.

Las indagaciones llevaron a los agentes finos a dos hermanos de nacionalidad rumana que dirigían una organización criminal dedicada al tráfico y explotación sexual de mujeres. Los hermanos tenían sus respectivas parejas sentimentales en Rumania y, en connivencia con las mismas, buscaban mujeres jóvenes en su propia localidad natal (Calarasi) o las captaban a través de redes sociales. Seducían a las víctimas utilizando el método conocido como "lover boy", prometiéndoles una vida en común como pareja en Ibiza.

Las investigaciones permitieron en los agentes averiguar que las víctimas habían sido captadas cuando todavía eran menores de edad o con los 18 años recién cumplidos, entre los estratos más desfavorecidos de la población y pertenecían, mayoritariamente, a familias desestructuradas, careciendo de lazos familiares y afectius.Les víctimas eran sometidas por los tratantes en violentas agresiones físicas, humillaciones y todo tipo de vejaciones, y obligadas a abortar si se quedaban embarazadas.

Además, los detenidos utilizaban plataformas móviles para ver en directo las agresiones, humillaciones y castigos físicos a que eran sometidas las víctimas en caso de negarse a ejercer la prostitución.

Varias víctimas relataron a la Policía que la situación a que estaban siendo sometidas era tal que había habido varios intentos de suicidio.

Las parejas sentimentales de los principales responsables de la organización estaban en Rumania, donde se ocupaban, además de la captación de posibles víctimas, de recibir los beneficios obtenidos de la explotación sexual de estas, teniendo constancia los investigadores del envío de casi 700.000 euros.

En los registros se apoderaron de 21.500 euros y abundante material informático y otra documentación incriminatoria que está siendo analizada por expertos policiales.