Los vecinos de la zona proponen convertir el Banco de España en un centro cultural y de información turística

El alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros anunciaba hace pocos días en una entrevista que el Banco de España ya tenía una propuesta de uso que contaba con un «cierto consenso» entre las formaciones políticas municipales. Se convertirá en un espacio de divulgación científica, vinculado a los centros de investigación que existen en la ciudad (arqueológicos, químicos o de paleoecología). El alcalde admitía que haber anunciado previamente que el destino del Banco de España sería un Museo de la Química, había sido «un error».

Pero con quien no parece existir consenso es con los vecinos de la zona, reunidos en la asociación de Tarragona Centre. Estos han elaborado una propuesta radicalmente diferente de la que expuso al alcalde. Este jueves lo han dado a conocer, haciéndola llegar a sus asociados para que la valoren. Según explican desde la misma asociación, esta propuesta fue enviada el pasado mes de julio a todas las formaciones políticas municipales. Y añaden que «hasta la fecha no conocemos el posicionamiento de los diferentes grupos políticos al respecto y, en general estamos bastante decepcionados por la falta de iniciativas y de impulso de este proyecto. Una ciudad que deja estropear su patrimonio y que no cuida las necesidades de sus ciudadanos es una ciudad que fracasa».

Básicamente, la propuesta de los vecinos de Tarragona Cente es la de convertir el edificio del Banco de España en un espacio «para la ciudadanía». Así, a grandes rasgos, proponen utilizar su espacio para descongestionar servicios de la biblioteca pública, meter la hemeroteca de Tarragona y dedicar parte del espacio para funciones propias de un centro cívico, un equipamiento que, según los vecinos, falta en esta zona de la ciudad. La planta noble del edificio, que es a la que se accede desde la entrada principal y que cuenta con un gran techo de cristalera, estaría dedicada en un centro de información y promoción turística a escala provincial.

En concreto en la planta semisótanon del edificio, de 470 metros cuadrados, se ubicaría la hemeroteca. En la planta baja, con 600 metros cuadrados, el Centro de Información y promoción turística. En la primera y la segunda planta, cada una de ellas de 520 metros cuadrados, un centro cultural que pudiera acoger un salón de actos y exposiciones, una sala de estudios, varias aulas polivalentes, una ludoteca, una sala de lectura y biblioteca de proximidad y un aula informática.

Finalmente, la planta tercera, que tiene una configuración especial, de sólo 80 metros cuadrados, pero con una gran terraza, se destinaría a una cafetería y restaurante.

Los vecinos no tan sólo han hecho un estudio sobre el cual podría meter el edificio. También hacen una propuesta para la financiación de esta propuesta. Según han explicado en el momento de dar a conocer el documento, «dado que el Ayuntamiento nos ha informado de que no dispone de fondo para rehabilitar el edificio (unos 2,5 MEUR), aunque curiosamente parece que sí para realizar obras faraónicas como las de los Juegos Mediterráneos o recuperar el parking del Mercado, el proyecto incluye una posible forma de financiación a partir de la colaboración entre instituciones».

La financiación, según el estudio de los vecinos, se podría alcanzar (entre otros convenios o ayudas públicas por|para la rehabilitación de edificios de valor histórico) con la negociación de alquileres de las instituciones que podrían ubicarse. Así, la Diputación de Tarragona podría alquilar el espacio para el Centro de Promoción Turística provincial de la sala noble. BBVA alquilar el espacio del semisótano para la hemeroteca (liberando así el espacio actual del cual podría sacar rendimiento) y también se conseguirían ingresos por|para la concesión del espacio de cafetería restaurando de la última planta.

Los vecinos afirman que su objetivo principal «es la recuperación de un edificio histórico abandonado del centro de la ciudad, que es patrimonio de todos los tarraconenses y tarraconenses, y que los ciudadanos del centro (y en general de toda la ciudad) puedan disponer de servicios que actualmente les son negados».