«Un buen rescate es aquel en el que todos los que van vuelven y con alguien más»

—¿Cuál es su trabajo?

—En nuestro mundo, lo más importante son las personas, salvar vidas se prioriza. En segundo lugar, está la protección de la vida en el mar y luchar contra la contaminación. Si véis Galicia, luce bien después de diez años de la catástrofe del Prestige, pero una vida perdida no se recupera. La mayoría de servicios que llevamos a cabo son con embarcaciones de recreo.Ahora bien un accidente con una nave mercante acostumbra a ser más grave que el de una pesquera.

—¿En qué momento actúan?

—El mar no tiene fronteras y, por lo tanto, nosotros tampoco. Eso son medios que tiene el Estado para salvar a la gente, ya esté en Valencia, Bilbao o Tarragona. Una vez nos avisan activamos nuestros recursos.

—Con el auge de las actividades de playa, ¿cuál es el rescate más curioso que han llevado a cabo?

—Más que curioso, diría que hay mucha gente que deja el sentido común en casa cuando se van al mar o a la playa. Una de las salidas más comunes es la de ir a rescatar a una persona que ha ido nadando hasta la boya amarilla y que después no puede volver porque está cansada. También nos encontramos con casos en que un colchón inflable se lleva a un niño o una persona mar adentro. Si los padres ven que el viento sopla salvajemente no tendrían que ponerse en el agua con un colchón o una rueda y, todavía menos, los niños. Este año, aprincipio de verano, hubo un hombre que hacía pádel surf y, con los veinte minutos que tardó la lancha a buscarlo, se marchó casi 4 millas. Una cosa son los pescadores y los marineros mercantes, que salen a lamar a trabajar, pero pedimos a la gente, que va a pasarlo bien, que tengacabeza.

—¿Cuál ha sido el salvamento más duro?

—Las emergencias más duras son aquellas en que muere gente, porque haces todoloposible y quizás ni encuentras al desaparecido. Un buen salvamento es aquel en el quetodos los que van vuelven y si vuelven con alguien más, mejor. Recuerdo que, cuando trabajaba en las Canarias, hace más de diez años, todo era mucho más duro, ya que no teníamos tantos medios como ahora y, a veces, tenías que decidir dónde ibas y dónde no. Hace diez años que estoy en Tarragona.

—¿Qué se necesita para dedicarse a esta profesión?

—Vocación. Estudios en náutica y, sobre todo, vocación para ayudar a las personas. Pensadque tenemos gente que cada día arriesga su vida para lanzarse al mar y cuando consigues salvar vidas es muy gratificante, pero cuando no es así, es muy duro.

—En clave medioambiental, ¿las aguas tarraconenses sufren episodios destacados de manchas de combustible?

—Vigilamos las manchas que pueden aparecer. Hace unos años hubo unas contaminaciones más significativas, pero ahora la concienciación ecológica ha mejorado mucho. No ha habido ningún caso significativo en el Puerto.

—Ha llegado alguna patera a aguas tarraconenses?

—No, pero hasta Alicante sí. Actualmente, el rescate de personas que vienen con patera se está centrando en Almería, en el islote de Alborán y en el estrecho. Los equipos de salvamento que hay allí están haciendo un esfuerzo muy grande. Están sacando a muchas personas cada día, ya que entre Ceuta y Algeciras sólo hay 13 millas y es el camino más rápido para llegar. Antes, venían con los cayucos, unas embarcaciones alargadas que llevabanhasta 200 personas. Las pateras de ahora llevanuna cuarentena. No obstante, la situación ha empeorado mucho. La gente está viniendo a bordo de botesde juguete, como los que puedes comprar en cualquier tienda. Ya no vienen en motor, llega gente propulsada por una persona con aletasen los pies.