«Actualmente, parece que si no opinas en todo momento, estás excluido de la sociedad»
La banda llega al Camp de Mart mañana para traer su octavo trabajo, ‘El poeta Halley’, que critica la «mediatización»
El pop-rock indie catalán de los Love of Lesbian llega mañana al Camp de Mart con el nuevo trabajo El poeta Halley. Su cantante, Santi Balmes, explica todos los detalles.
—¿LOL tiene fecha de caducidad?
—No creo. En esta vida y en los proyectos, todos tenemos fecha de caducidad, pero ahora, a corto plazo, no. Cada vez estamos mejor.
—¿El poeta Halley es una muestra de madurez o más bien se trata de un cambio de rumbo y de investigación?
—Somos una banda inquieta y como tal, nos guiamos más por la intuición que para seguir rumbos comerciales. Creo que es una mezcla de las dos cosas. Al ponernos con Warner Music para hacer el disco, mucha gente se pensaba que apostaríamos por un estilo comercial y no ha sido así. Hemos hecho unas canciones que nos seguirán gustando tocar dentro de un tiempo. No buscamos la inmediatez, somos un poco como un vino.
—Por lo tanto, han arriesgado?
—Presentamos el disco con uno de los temas más largos, de casi seis minutos, Bajo el Volcán, y nos ha funcionado. Incluso, tenemos un tema que dura nueve minutos. Teníamos claro que queríamos un disco largo, pero no barroco, de manera que no lo hemos diseñado para que suenen muchos instrumentos al mismo tiempo.
—¿Cómo empezó el nuevo trabajo? ¿Mirando las estrellas?
—De hecho sí. Empezó en la terraza de casa, cuando disfrutábamos del año sabático que nos tomamos, aunque no fue realmente sabático, pero al menos sí de puertas en fuera. Estábamos mirando el cielo y me vino la idea.
—¿Os inspira acercaros en espacios más naturales?
—Dentro de lo que es un grupo tan urbano como el nuestro, que siempre nos movemos a la ciudad, al extrarradio o al asfalto, a menudo echas de menos poder mirar al cielo y no ver una nube naranja. Si algún día ves una estrella más allá, se agradece y, en cierta manera, nos unimos un poco a la parte más esencial de la vida.
—¿Qué es El poeta Halley?
—El disco habla de la intermitencia. De aquel momento de oscuridad, cuando pasa el cometa Halley, que se podría entender como la inspiración. Tienes que estar allí mirando. De hecho, el trabajo artístico es eso: muchos días fracasando por diez segundos de inspiración.
—¿El disco les ha servido para hacer terapia, tal como se puede entender con El Yin y el Yen?
—Bien, con este tema queremos hablar de toda aquella gente que opina de cualquier cosa. Ya hay mucha gente que habla a través de las redes sin una base. Actualmente, parece que, si no opinas, estás excluido socialmente y estás forzado a dar tu opinión sobre todos los aspectos de la vida. Yo he aprendido a base de bofetadas que hay cosas que es mejor callar.
—¿Por qué?
—Mi opinión no vale nada y creo que todos estamos demasiado mediatizados. Realmente, me molesta que la burla, el cinismo o el insulto siempre tenga que surgir desde la inmediatez. Creo que es una entraña que no colabora al funcionamiento de una sociedad. Estoy intentando recordar alguna cosa a Twitter que me haya cambiado la vida, pero no encuentro ninguno.
—¿Tenéis algún recuerdo especial de Tarragona?
—A pesar de la proximidad, hemos venido poco a tocar en la ciudad. Ahora bien, de pequeño me llamó mucho la atención un hecho que vi durante una professó de Semana Santa. Vi a un hombre, que estaba muy borracho, le pedía fuego a un penitente que vestía de blanco en medio de una procesión muy silenciosa. La imagen de aquel hombre rompiendo la magia del momento fue muy surrealista.