Diari Més

«Me despierto cada día viendo vacas paciendo delante de casa»

La montbrionenca hace poco más de un mes que se trasladó a vivir en un pueblo de Irlanda, donde trabaja de Au pair

Marina Olivella en Carrick-a-Rede, en Irlanda del Norte.

«Me despierto cada día viendo vacas paciendo delante de casa»Cedida

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Una vez acabados los estudios de Publicidad y Relaciones Públicasla Marina Olivella, de Montbrió del Camp, quería marcharse hacia un país de habla inglesa para mejorar el idioma, vivir una nueva experiencia y conocer una nueva cultura desde cero. Finalmente se decidió por Irlanda, y desde hace más de un mes vive en las afueras de un pueblo del sur de Irlanda llamado Brandon y trabaja de Au pair en una familia que vive en el campo.

—¿Cuál fue la primera impresión en llegar allí?

—Me vino a buscar la madre de la familia con el coche, me llevó por la carretera que va hasta su casa de noche, y todo estaba muy lleno de árboles y de conejos saltando en medio de la carretera. Pensé: ¿Dios mío, dónde me he metido? ¿Dónde me lleva? En aquel momento sufrí, pero cuando conocí a la familia, la casa y la antigua Au Pair, me sentí muy bien acogida.

—¿Fueron unos días complicados?

—Sinceramente no, hace más de un mes que estoy aquí y todavía no he tenido ningún día realmente complicado. Desde que llegué, cada fin de semana viajo con las amigas por Irlanda, descubriendo cada rincón. Creo que todavía no me ha dado tiempo a pensar. Estoy disfrutando mucho.

—¿Te sorprendió el cambio?

—Sí, no estoy acostumbrada a vivir en el campo, y aquí me despierto cada día viendo vacas paciendo delante de casa. El idioma a veces se me hace un poco complicado, y el clima también. Estaba acostumbrada al sol, y aquí normalmente está nube.

—¿Cuáles son las principales diferencias?

—Sobre todo la comida. La carne es buena, pero no la saben cocinar como en casa. Tampoco tienen muchos platos tradicionales de los cuales sentirse orgullosos. Los precios son más caros, sobre todo el alcohol, el tabaco y el transporte público: un paquete de tabaco, por ejemplo, te cuesta 9,5 euros. Por otra parte, estás rodeada de paisajes paradisiacos todo el día, parece que vivas en un cuento de hadas.

—¿Qué lugares recomiendas?

—Sin duda, el contado de Dingle. No es muy conocido, pero de todos los lugares donde he estado, este es el más bonito. Impresiona mucho ver todos los parajes de aquel condado. El pueblecito de Kinsale en el sur de Cork también es muy bonito, y para los fans de Titanic recomiendo el último puerto donde estuvo atracado, el puerto de Cobh. También hay los parajes más famosos, como los Cliff of Moher o Irlanda del Norte, donde se puede hacer una ruta por los escenarios de Juego de Tronos.

—¿Cómo se está viviendo allí la crisis?

—Irlanda sufrió muy fuertemente la crisis hace unos años, pero hoy en día creo que se están recuperando bastante bien. No tengo la sensación de que a la gente le falte trabajo o dinero para vivir normal. Por lo que he podido ver podría decir que Irlanda está mejor que Cataluña.

—¿Es fácil encontrar trabajo para un joven?

—Sí, hay mucho trabajo ahora mismo. Es un país con la misma población que Cataluña y por lo que he oído, los impuestos para las empresas multinacionales son muy más bajos desde hace pocos años y han llegado muchas nuevas. Además, muchos bares y restaurantes buscan camarero o cocinero. También hay mucho trabajo de Au pair. En el pueblo somos unas 25 o 30, la mayoría de ellas españolas.

—¿Qué costumbres te llevarías a Cataluña?

—Tener un conjunto o un músico en directo en todos los bares, la decoración de los locales, la manera de vivir más tranquilamente incluso en las ciudades... También me encantaría que nuestro país recuperara el sector ganadero, estar aquí me ha hecho recordar cuando era pequeña y veía paciendo las ovejas por los campos cerca del pueblo o caminando por en medio de las calles yendo hacia la granja.

—¿Qué echas de menos?

—Mi familia, pero también echo de menos muchísimo a mis perros. Y mi coche y conducir por la derecha.

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