La oposición pide dimisiones y una consulta a la ciudadanía por el aplazamiento de los Juegos

Preguntas sin respuestas. Eso es lo que han encontrado esta mañana, durante la Junta de Portavoces, los diferentes grupos de la oposición del Ayuntamiento de Tarragona, con respecto al aplazamiento de los Juegos Mediterráneos para el año 2018, que anunció el presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco. Qué coste tendrá el aplazamiento, quien lo ha pedido y qué valor tiene el pacto PSC-PP han sido las preguntas más frecuentes por parte de los portavoces de la oposición. Sin embargo, según su testimonio, el equipo de gobierno no ha aclarado nada. De hecho, tanto el alcalde, Josep Fèlix Ballesteros, como el teniente de alcalde, Alejandro Fernández, han salido por la puerta de atrás para evitar encontrarse con los medios de comunicación.

La más dura ha sido Arga Sentís, portavoz de ICV-EUiA, que ha pedido la dimisión del coordinador general de los Juegos Mediterráneos, Javier Villamayor, porque «hasta hace cuatro días nos decían que todo iba bien, y ahora resulta que no. O nos han engañado o no se enteran. Tanto si es una cosa como si es la otra es innadmisible. Por eso pedimos la dimisión del responsable», ha explicado Sentís. La portavoz de los verdes también ha hecho mención del pacto de gobierno entre PSC y el PP. «Si detrás del acuerdo estaba la viabilidad de los Juegos, ahora emplazamos en Ballesteros a romper el pacto, para pasar a hacer políticas sociales, en lugar de intentar hacer historia».

Por su parte, Laia Estrada, portavoz de la CUP, ha sido el primero a salir de la Junta de Portavoces. Estrada ha definido «de inaceptable» la situación, ya que «para nosotros, la excusa de la no llegada de los 12 millones de euros por parte del Estado, es sólo una excusa que le ha venido bien al gobierno municipal. Pero esta no es la causa del aplazamiento». La portavoz de la formación anticapitalista ha asegurado que «es la crónica de un fracaso anunciado» y ha reprochado al gobierno que, «el año 2015, tanto la CUP como ICV-EUiA ya pidió detener los Juegos y nos dijeron que era imposible». Por último, Estrada ha pedido al presidente Puigdemont, –que se reunirá este mediodía con Ballesteros-, a no dar apoyo a los Juegos. La CUP no descarta pedir dimisiones.

Albert Abelló, portavoz de CDC, ha destacado la importancia de saber quién ha sido el responsable del aplazamiento, ya que «eso comportará unos costes económicos y de imagen». Abelló se ha mostrado preocupado para saber quién hará frente a los compromisos con los hoteles de PortAventura y del tema de merchandising.

La sorpresa ha llegado con ERC, cuando su portavoz, Pau Ricomà, ha pedido llevar a cabo una consulta por preguntar al a ciudadanía si hay voluntad de celebrar los Juegos Mediterráneos el año 2018. «Siempre hemos sido conscientes de que el plan|plano director no se estaba siguiendo. Nos acusaban de saboteadores, cuando lo único que hemos hecho es advertir», ha asegurado a Ricomà. Finalmente, el portavoz de ERC ha lanzado que «si yo fuera el alcalde, dimitiría, y si fuera Villamayor, me retiraría de la política».

El último al comparecer ante los medios ha sido Rubén Viñuales, portavoz de Ciutadans, que ha filtrado algunas informaciones de la Junta de Portavoces, como por ejemplo, que el equipo de gobierno ha hecho responsable del aplazamiento la falta de los 9 millones de euros que tenía que dar el Estado español. Según Viñuales, «hoy es un día triste por la ciudad, porque queríamos que los Juegos fueran una oportunidad para poner Tarragona el mundo, y la imagen que estamos dando es mala». Por otra parte, el portavoz de los naranjas, destacó los gastos que supondrá el aplazamiento. «La gestión no ha sido buena, pero ahora tenemos que ser conscientes de que no podemos desistir de los Juegos, porque todavía sería peor», ha asegurado Viñuales. Ciutadans ha presentado esta mañana una moción que pide crear una comisión de seguimiento, en la cual haya representados todos los grupos municipales del consistorio, «con el fin de estar informados a tiempo real», explica Viñuales, que añadió que «nos sentimos engañados, pero ahora toca trabajar para los Juegos, después ya pediremos responsabilidades».