El «energúmeno» de Cardenal contesta a Ballesteros
Asegura que ya anunció en el 2012 «que» la «durísima crisis económica hacía improbable que el Gobierno pudiera ayudar a los grandes acontecimientos deportivos en España»
Miguel Cardenal, hasta hace pocos días presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD) ha decidido contestar al alcalde de Tarragona y presidente de los Juegos Mediterráneos, Josep Fèlix Ballesteros, después de que este lo calificara de «energúmeno» en una entrevista concedida a este diario y lo culpara de muchos de los males del aplazamiento de los Juegos Mediterráneos del 2017 en el 2018.
En una carta que Cardenal ha publicado en El País, este ha dejado claro que «en septiembre del 2012 anuncié públicamente que la durísima crisis económica a la cual nos enfrentábamos hacía improbable que el Gobierno pudiera ayudar a los numerosos grandes acontecimientos deportivos que acogería España, y que sus responsables tenían que calcular si se sentían capaces para afrontarlos». En este sentido, el ya expresidente del CSD añadía que «si la subvención de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) en el CSD había estado de 170 millones de euros un año antes, en el 2013 sería de 56 millones, con lo que eso comporta para un Organismo Autónomo, que tiene que hacer frente a sus salarios o gastos de instalaciones».
Los Juegos Mediterráneos, según Cardenal, «tenían la ventaja de celebrarse varios años más tarde que otros acontecimientos, pero la desventaja que entre los numerosos convenios firmados por Albert Soler (PSC), justamente antes de la convocatoria de las elecciones generales del 2011 no incluyó en Tarragona. El alcalde Ballesteros decidió no unirse a ningún alcalde del PP que reclamaba con contundencia las ayudas firmadas para Soler».
Así, según detalla Cardenal, «Ballesteros entendió perfectamente los recursos del Estado, y Avda acudir a muchas otras instancias dentro del Gobierno central».
La fundación
Sobre la no asistencia a la Fundación, Cardenal aclara que «fue creada sin nuestro conocimiento, y nos vetó la Abogacía del Estado porque Ballesteros no quiso aceptar las modificaciones de los Estatutos que un informe preceptivo y vinculante exigía.
El aplazamiento
Cardenal anuncia también en su escrito que el aplazamiento era una muerte anunciada, y que no ha resultado ninguna sorpresa. «Entiendo que mientras se acercaba la fecha de celebración de los Juegos, el nerviosismo de Ballesteros crecía, porque los cálculos de ingresos de sus sucesivos planes|planos directores se habían basado en previsiones que se demostraban poco realistas, y tiene que producir un gran vértigo reconocer que durante años se ha vendido con seguridad lo que era una huida adelante que acababa con el precipicio de la suspensión del acontecimiento», afirma en este sentido.
Cardenal se acaba despidiendo de Ballesteros: «Me quedaré con la imagen de persona afable y educada que he visto estos cinco años, y no con la del Ballesteros que me califica como energúmeno. A Peró lo invito en qué diga la verdad a sus ciudadanos y que los explique la razón que lo lleva a incumplir su reiterada promesa porque lo que ha sucedido está motivado por la temeridad y la incompetencia con la cual Ballesteros se sumió, desde el 2012, en esta huida adelante».