Una Catedral llena hasta los topes, testigo de la tradición cristiana

La Catedral de Tarragona acogió ayer la clausura del Año Jubilar de la Misericordia. El arzobispo de la ciudad, Jaume Pujol, convocó a los tarraconenses cristianos para participar, en un acto simbólico, como fue el cierre de la puerta de la Catedral, lo cual simbolizaba la finalización del Año Jubilar. El acontecimiento coincide con la festividad de la Virgen del Claustro. Este pasado sábado, se celebró el Rosario de Antorchas por el Claustro de la Catedral, con el traslado de la Santa Imatge en el Altar Mayor. Después se celebró la Novena y la Eucaristía.

El día grande fue ayer. Después de las misas dominicales, a las nueve y media de la mañana, se celebró el Conventual, final de la Novena. La misa fue presidida por el arzobispo. A las seis de la tarde, el santuario acogió la celebración del Año Jubilar de la Misericordia. El resto de diócesis de la demarcación también participaron, según explicó el arzobispo, durante la misa. Por último, el canto de los gozos llenaron la Catedral de música y de sentimiento, serie del besamanos y del retorno de la imagen a su capilla. Pero todavía queda uno de los actos más emotivos de la festividad: la presentación de los niños a la Virgen del Claustro, que se celebrará el próximo sábado 19 de noviembre.

El acto, que acogió la clausura del Año Jubilar y la festividad de la Virgen del Claustro, consiguió llenar hasta los topes una Catedral testigo de la tradición cristiana de la ciudad de Tarragona.