URV y Govern no han sido informados oficialmente del aplazamiento de los Juegos

El Comité Organizador de los Juegos Mediterráneos (COJM) que preside el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, no ha comunicado de manera oficial el aplazamiento hasta el 2018. El rector de la URV, Josep Anton Ferré, puso de manifiesto ayer que el cambio de fechas de celebración del Juegos afecta el pabellón Sant Jordi, donde en teoría se disputarán los partidos de la competición de voleibol.

La organización «tiene que buscar una alternativa o indemnizar a la empresa que hará la explotación comercial» del pabellón, dijo Ferré en rueda de prensa. Hay que recordar que la Generalitat es la propietaria de los terrenos y la URV tiene el uso de las instalaciones.

Preguntado por esta cuestión, el COJM respondió a Diario Més que el citado comité «comunicará oficialmente a la URV y la Generalitat el aplazamiento de los Juegos a fin de que valoren los efectos que pueda tener en sus instalaciones». No obstante, ayer los organizadores mantuvieron una reunión con el vicerrector Xavier Farriol.

A la rueda de prensa posterior a la reunión del Comité Internacional en Orán, donde se acordó el aplazamiento, que se hizo dos días después, el pasado 8 de noviembre, Ballesteros pidió disculpas a los medios de comunicación por no haber podido dar información a tiempo real, ya que «tenía que hacer frente a las obligaciones institucionales y burocráticas que comporta el tema», entre las cuales informar de la decisión a las partes implicadas.

El motivo de las palabras del rector Ferré recae en el hecho de que el espacio que ocupará la pista de voleibol se tiene que transformar en una piscina una vez finalizados los juegos. El aplazamiento de un año perjudica los intereses de la empresa que gestionará este espacio y, por lo tanto, «se tiene que buscar una solución», dijo Ferré.

La URV, responsable del espacio donde se levanta el pabellón Sant Jordi, y la UTE de empresas que lo construye y que asumirá la gestión, «llegamos al compromiso» que la piscina se desmontaría el verano del 2017, una vez finalizada la competición de voleibol, para poder iniciar la construcción de la piscina justo en el mismo lugar. El hecho de que la competición se aplace un año afectará a la explotación de las instalaciones. Ferré manifestó que se siente «solidario con el alcalde de Tarragona» con respecto al aplazamiento de los Juegos Mediterráneos, pero insistió en que el acuerdo con la UTE se tiene que llevar a cabo. «Ya hemos comunicado a la Generalitat nuestro planteamiento y nos encontramos a la espera de que nos diga qué podemos hacer». El rector ha recordado que la UTE «hace la inversión con recursos propios y hay una expectativa comercial».

El COJM informó de que contempla tres alternativas para acoger el voleibol y se está estudiando la idoneidad de las propuestas que podrían acoger este deporte en el 2018. También declaró que la organización «explorará conjuntamente» con la URV y la UTE si la instalación en construcción «puede tener algún tipo de encaje como equipamiento de entrenamiento o similar en el 2018».