El EMT quiere mejorar su rapidez permitiendo el acceso al bus por la puerta central

El EMT de Tarragona se pone como reto para el 2017 mejorar la velocidad comercial de sus vehículos. Es decir, hacer que los buses realicen las expediciones de una forma más rápida. Con el fin de conseguirlo, a los voltios de Navidad o, como a muy tarde, a primeros de enero, se pondrá en marcha una prueba piloto a la línea 8, que realiza la ruta Joan XXIII-Pere Martillo -Valle del Arrebatamiento. Sólo en esta línea se permitirá que los usuarios puedan subir al bus también por la puerta central, donde se colocará una máquina canceladora como las que hay en el acceso delantero de los buses.

Eso permitirá que la carga de pasajeros se pueda realizar en un periodo más breve de tiempo, especialmente a las horas punta, cuando se forma cola en determinadas paradas para acceder al bus. De esta forma, los usuarios que tengan que realizar el pago en efectivo no retrasarán, durante su transacción con el conductor, a los que llevan la tarjeta de transporte. «Si funciona, veremos si queremos ampliarlo», explica a Diario Más la presidenta del EMT, Begoña Floria, quién lo anunció a los miembros del consejo de administración de la empresa este último jueves.

La velocidad comercial de los buses del EMT no es excesivamente baja comparada a la de otras grandes ciudades del Estado. De hecho, Tarragona supera en Barcelona. Según cifras de Transportes Metropolitanos de Barcelona, los autobuses de la ciudad condal realizan sus rutas, con paradas incluidas, a una media de 12,1 km/h, en cambio, en Tarragona crece hasta los 12,5 km/h, según cifras del 2015. Con todo, otras ciudades como Madrid consiguen llegar a los 13,4 km/h en sus líneas.

La única duda de la puesta en marcha de esta innovadora medida reside en el uso que harán los ciudadanos. Florecía, no esconde el temor a que crezcan los usuarios que se cuelen sin pagar el bus. Con todo, asegura que hay que confiar «en que todo el mundo pague». Para garantizar que el número de usuarios sin billete no crezca, la empresa reforzará las tareas de inspección. Los inspectores del EMT estarán muy pendientes de cómo se desarrolla la prueba piloto.

Además, el hecho de contar con un nuevo reglamento del servicio de transporte, según explica la concejala, permitirá imponer multas a los pasajeros que no paguen –antes sólo se los obligaba a bajar del bus. El importe será de 200 euros, pero, si se producen más de dos reincidencias en un año, el infractor podría llegar a 600 euros.

Aparte de la fluidez de la línea, la colocación de canceladoras en la puerta central de los buses hará que los usuarios con sillas de ruedas que hasta ahora tenían que pedir ayuda al resto de pasajeros para pasar la tarjeta en la parte del delante de el bus, puedan hacerlo de una forma cómoda en su propio sitio, lo mismo para los usuarios de cochecitos de niños pequeños.

Además, el EMT también todavía en el 2017 con mejoras para los ciudadanos ciegos. El ONCE y la empresa pública consensuaron hace unas semanas adaptar las paradas de palo, de tal forma que los carteles que sobresalen –donde están los horarios– no supongan un peligro para el colectivo. Hasta ahora eran un obstáculo difícil, ya que los ciegos con su instrumento podían identificar el tamaño del palo, por esquivarlo y pasar, pero no podían adivinar que a una altura superior había dos grandes carteles de metal. Eso ha ocasionado en estos años algunos traspiés. A partir de ahora, las paradas contarán con unas varitas metálicas, a modo de indicador del espacio ocupado. Además, se estandarizará la posición del código QR y se protegerá con metacrilato, de tal forma que los usuarios ciegos puedan encontrarlo siempre, para consultar los horarios al móvil. La parada de Francesc Macià, cerca de la plaza de las Corts Catalanas, ha sido la primera a adaptarse. El resto de palos se irán modificando sucesivamente.