Los paradistas del mercadet de Nadal amenazan con bajar persiana
Aseguran que un mayorista vende plantas de Navidad y no pueden competir con los bajos precios
Los seis paradistas de flores que configuran el mercadet de Navdal, situada en la Rambla Nova, amenazan con bajar la persiana porque, según explican los afectados, una de las paradas, regentada por un proveedor, «vende las flores navideñas a precio de mayorista, y con eso nosotros no podemos competir», explica una de las paradistas. Es por eso que han denunciado públicamente la situación y han amenazado al dejar de vender, si la situación no cambia.
Por norma general, estas paradas ponen precios muy parecidos a sus artículos, «de esta manera no perjudicamos a nadie», pero este año se han encontrado con que una parada «está reventando los precios», asegura una paradista. El precio habitual de la planta navideña en el mercadet está entre siete y nueve euros, pero el mayorista, que este año también vende a particulares, la tiene en 5,95, tal como marca un cartel bien grande situado en la parada. «Si nosotros compramos la planta a los proveedores por cinco euros, no la podemos poner en venta por menos de siete, teniendo en cuenta el papel que lo rodea y algún detalle que ponemos», explica una paradista, que añade que «no podemos competir con él. La única cosa que hacemos aquí es pasar frío y ver cómo él vende las plantas». Además, según los paradistas afectados, «él pone elementos decorativos, que les consigue a precio de fábrica, pero nosotros no nos lo podemos permitir».
Según explican los paradistas, ya han informado de la situación a Espimsa, –empresa municipal que se encarga de la gestión del mercadet de Nadal–, «y en un primer momento, nos dijeron que avisarían al mayorista, pero creemos que han dejado de hacernos caso», dice una paradista. Para poner la parada en la Rambla Nova y vender artículos navideños hasta el 24 de diciembre, los paradistas tienen que pagar casi 1.700 euros. «Como mínimo, nos tendrían que garantizar las ventas. Si seguimos así, tendremos que cerrar el puesto», asegura un paradista, indignado.
Por su parte, el mayorista, propietario de la parada de la discordia, asegura que «esta actuación es propia de un patio de colegio» y añade que Espimsa le ofreció un lugar y «vivimos en un país donde el mercado es libre». El mayorista también aprovechó la oportunidad para decir que «si quieren tener un beneficio del 400%, no es mi problema, a mí nadie me tiene que imponer los precios».