Las Termas de Sant Miquel llevan dos décadas bajo una capa de grava
Construidas a la primera mitad del siglo III dC, constituyen unos de los restos de época romana más importantes de Tàrraco en la Part Baixa
Las termas públicas de época romana de la calle Sant Miquel, construidas en la primera mitad del siglo III dC al lado del Teatre y próximas al Fòrum de la Colònia, permanecen enterradas bajo una capa de grava desde hace dos décadas. Esta construcción que contiene piscinas y una destacada colección de mosaicos, constituye uno de los grandes tesoros ocultos de Tàrraco. El recinto no sólo no se ha integrado en la red de monumentos de la ciudad, sino que sigue siendo uno de los grandes olvidados del patrimonio arqueológico de Tarragona. Son pocas las personas que han tenido el privilegio de verlas sobre el terreno. Su futuro es incierto y, de momento, no hay indicios de su museización en un corto periodo de tiempo.
Las conocidas como Termes de Sant Miquel estuvieron descubiertas el año 1994 en un solar flanqueado por las calles Sant Miquel y Zamenhof. El proceso de excavación finalizó con la publicación del estudio que se hizo de los restos y la cobertura de las mismas con grava, con la finalidad de preservarlas, en 1998. Desde aquella fecha, se ha especulado con la museización de unos restos que la Reial Societat Arqueològica Tarraconense (RSAT) siempre ha calificado de gran valor patrimonial y ha reclamado la necesidad de ofrecerlo a la visita ciudadana.
950 metros cuadrados excavados
El solar excavado abarca una superficie de 950 metros cuadrados y el informe que se hizo de las termas indican que éstas podrían ocupar un espacio de entre 2.500 y 3.000 metros cuadrados. Las estructuras de las termas continúan en el subsuelo de una nave industrial localizada al lado del solar.
En su día, la RSAT presentó una alegación contra el Plan de Ordenación Urbanística Municipal (POUM) para contemplar la posibilidad de construir viviendas en el solar que contiene el conjunto arqueológico. El entonces presidente de la Arqueològica, Rafael Gabriel, informó de que el yacimiento de Sant Miquel «fue incluido en el expediente que el Ayuntamiento entregó a Icomos para conseguir la declaración del conjunto de Tàrraco como Patrimoni Mundial». Icomos fue la ONG que valoró el informe de idoneidad de la candidatura para su posterior aprobación para la Unesco a la asamblea celebrada en la ciudad australiana de Cairns.
El año 2009, el entonces teniente de alcalde de Territori, Xavier Tarrés, informó que el entorno del espacio arqueológico está catalogado como Pla de Millora Urbana, por lo cual no se puede llevar a cabo un proceso de edificación. Tarrés remarcó que la intención del Gobierno de la ciudad «es musealizar las termas para que sean visitables, pero es posible que se haga construyendo encima de las mismas».
Desde hace años, la RSAT reclama el diseño de una ruta romana en la Part Baixa de Tarragona para «poner en valor y hacer accesible a las visitas» los yacimientos que se extienden desde el Teatre hasta la Tabacalera y que incluiría restos como las de las termas o las del Camí de la Fonteta, ubicadas entre Francesc Bastos y la Avinguda Vidal i Barraquer. «Siempre hemos defendido que tenía que ser zona única desde el Teatre, el ninfeo y las termas,» dijo ayer el expresidente de la Arqueològica.