El consistorio trabajará para eliminar «la lacra del acoso escolar»

La ciudad de Tarragona ya ha conseguido el sello de Ciudad Amiga de la Infancia, un galardón, que según el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, «es difícil de conseguir porque son evaluados muchos aspectos y se tiene que elaborar un dossier muy completo». Según la presidenta de Unicef en Cataluña, Anna Folch, uno de los fuertes de la ciudad de Tarragona es la creación, desde el año 2009, del Consejo Municipal de la Infancia, un órgano de participación infantil donde los niños de la ciudad pueden expresar su opinión, debatir, tomar decisiones y elevar al Plenario Municipal sus propuestas, «con el objetivo de contribuir a mejorar aquellos aspectos de la ciudad que consideren necesarios», decía Ballesteros. Y es que, según Folch, «los niños no son propiedad de los padres y madres, son ciudadanos de lleno derecho. Si queremos que los derechos de los niños sean efectivos, la política municipal tiene que jugar un importante papel». Además, según la presidenta de Unicef en Cataluña, los ayuntamientos, y en este caso el de Tarragona, tienen la obligación de vivir su infancia en un entorno democrático y sano y tienen que ser protegidos de la violencia y de los abusos.

El alcalde y la presidenta de Unicef en Cataluña firmaron un convenio de colaboración con la agencia de las Naciones Unidas por la infancia. El acuerdo prevé que las dos entidades se comprometen a trabajar de forma conjunta para mejorar las políticas locales de infancia y adolescencia, y que el gobierno municipal colaborará en las campañas de sensibilización o los llamamientos de apoyo a las situaciones de emergencias que realice Unicef Comitè Espanyol.

Una de las principales preocupaciones del Ayuntamiento de Tarragona es eliminar «la lacra del acoso escolar», decía Ballesteros, quien añadió que «nos comprometimos con los miembros del Consejo Municipal de Infancia eliminar el bullying de una vez por todas». La distinción de Ciudad Amiga de la Infancia tiene un plazo de cuatro años, pero de aquí a dos, el consistorio tendrá que presentar un informe intermedio para corroborar que cumple los compromisos adquiridos. «Ahora toca mantener y revalidar el reconocimiento», decía Ballesteros. Algunos de los aspectos evaluados por la comisión ha sido la acción participativa de los pequeños en el municipio y tener en cuenta a los niños a la hora de tomar decisiones.