Ferrando: «Este no es un mercado al uso, es un monumento»

-Por fin. Una agonía que ha durado nueve años.

- La verdad es que es una muy buena noticia. Como presidenta de ESPIMSA tenía muchas ganas de leer que las obras del Mercado Central se habían acabado. Fue un día bonito para todos los implicados y, sobre todo, para Tarragona. Ahora, toca mirar adelante y disfrutar de este mercado tan bonito que tendremos. Es un hito muy importante para la ciudad. Tenemos que ser positivos y potenciar el comercio de la ciudad.

-Se emocionó mucho este jueves con la inauguración de las obras del Mercado.

-Somos personas, y es muchas horas de dedicación. Pensé que por fin teníamos lo que queríamos. Tanto nosotros, como los paradistas, todo el mundo. Era mi responsabilidad que fuera como ha ido.

-¿Ha habido algún problema con la empresa constructora a lo largo de todo este tiempo?

-En ningún momento hicieron parar las obras. Ha llevado|traído diferentes ritmos, ya que la empresa ha pasado muchas dificultades. Ha habido momentos que hemos estado bajo mínimos, pero a partir de marzo se aceleraron mucho las obras. Era muy importante que la gente pudiera pasear por los alrededores, que vieran que había vida por la zona. Después de abrir la zona de tráfico de peatones en torno al mercado, se han ido cerrando la adjudicación de Mercadona, también hemos ido adelantando con los acuerdos con los paradistas, hemos realizado la segunda adjudicación de los locales... Ahora, sólo falta que los paradistas puedan acabar de poner la parada en tiempo y forma.

-¿Cuándo cree que abrirá sus puertas?

-Llegaremos a un acuerdo con Maria Virgili (presidenta de los paradistas). Lo que ahora realmente importa es positivizar el hecho de que está terminado el Mercado Central, y ya anunciaremos la fecha. Estamos en constante diálogo con los paradistas para encontrar una fecha. Tenemos un mercado fantástico, será un mercado gastro-cultural, de dinamización. Es la obra de mayor envergadura que hemos hecho y, gracias a todos, hemos conseguido que sea una realidad.

-En estos últimos años, las palabras Mercado Central acostumbraban a ser ‘trending topic’.

-A mí, como presidenta de ESPIMSA, no me ha quemado que se hablara. Sabía que tenía que trabajar mucho y mucho. Vengo del mundo de la empresa y no me ha quemado el hecho de hacer tantas reuniones y de trabajar tanto. Estoy muy contenta de cómo ha quedado. Me ha gustado mucho trabajar para que el Mercado Central se haya podido finalizar. Será el motor de la ciudad.

-Cómo están las paradas|puestos?

-Están trabajando desde hace tiempo. Lo que pasa es que cada paradista ha hecho su diseño. Ahora están haciendo la parte de la obra. Es como si yo hubiera hecho un edificio de viviendas y, ahora, ellos tienen que diseñarlos.

-Todavía hay paradas y locales vacíos.

-Sí, pero tan pronto como esté el Mercado en marcha creo que se acabarán de llenar. De 48 paradas|puestos, el 83% están ocupadas. Son cifras muy importantes. El 50% de los locales también. Cuando vas a una gran superficie comercial siempre hay locales que fluctúan.

-Cree que Mercadona será visto como un intruso o que habrá buena convivencia?

-La planta de los paradistas se retro alimentará de Mercadona, y viceversa. Mercadona está a 24 mercados de Cataluña, y nosotros seremos el 25. Si no funcionara este binomio, no funcionaría en tantos lugares. Este mercado nuestro no es un mercado al uso, sino que sea un monumento. Habrá gente que vendrá a comprar, y otros que también quieran visitar un edificio que es modernista.

-Qué tienen pensado por la plaza Corsini?

-Será el paso siguiente. Tan pronto como estén dentro los paradistas, se empezarán las mejoras. Será diáfana, pero contará con mobiliario urbano: árboles, papeleras... Será una plaza donde convivirán vecinos, marchantes, comercios, ciudad... Una plaza polivalente donde todo el mundo pueda convivir.

-¿La convivencia entre paradistas es la mejor?

-Los input que tengo es que es buena.

-¿Y entre el Ayuntamiento y los paradistas?

-ha habido muchas situaciones de discusión, pero cada uno ha defendido su postura. Maria Virgili y yo hemos hablado muchas veces, pero nunca nos hemos levantado de la mesa sin tener un acuerdo.