«En Tarragona falta cultura musical y teatral. Se tiene que potenciar»

El joven artista tarraconense de 31 años, Agustí Mallol Panes, actúa hoy en la iglesia de Sant Pere del Serrallo donde ofrecerá un repertorio de ópera y villancicos. El tenor asegura que es «artista desde muy pequeño» y se debe, según explica, a su público serrallenc.

—Hechizo de amor.

—Este es el nombre que recibe el concierto que hoy, a las ocho de la noche, protagonizaré en la iglesia de Sant Pere del Serrallo. Es un repertorio formado por áreas de ópera reconocidas, canciones de musicales y villancicos.

—¿Qué significa actuar en el Serrallo?

—En esta iglesia me bautizaron e hice la comunión. A la gente más mayor del Serrallo siempre me dicen que quieren verme actuar. Y para mí es importante, juego en casa.

—¿Cuándo empezó su aventura con la música?

—Cuando tenía seis años me apunté a música en la escuela de Les Carmelites. La hermana Guadalupe me enseñó a amar este mundo.

—¿Cuándo llegó la ópera?

—Cuándo me cambió definitivamente la voz, a los 16 o 17 años.

—¿Qué le aporta de positivo la ópera?

—Cuando canto, se crea un vacío|hueco emocional en mi interior. No pienso en nada más. Sólo al transmitir y emocionar.

—¿Seguro que también hay algún inconveniente...

—El problema de los cantantes es que llevamos el instrumento con nosotros mismos. Si pasamos una mala época o la climatología no ayuda, nuestra voz se ve afectada.

—¿Qué es lo más importante para ser un buen tenor?

—Tener actitud arriba del escenario. Se puede cantar mejor o peor, pero lo más importante es proyectar y llenar en el espacio. Así se consigue emocionar.

—¿Donde se ha formado?

—empecé en la Escuela Municipal de Música, en el Conservatorio, finalmente, en la escuela Memory, del Ángeles Gonyalons.

—¿Cuáles son sus retos de futuro?

—Vivir de la música. Hace años que me presento a programas musicales televisivos, como La Voz, pero nunca llego a entrar al programa. Seguiré intentándolo porque es mi sueño.

—¿Se siente valorado por la ciudad de Tarragona?

—no me puedo quejar. Pero sí que es cierto que hay una falta de cultura musical y teatral en la ciudad. Hay que potenciarlo.

—¿Cuál es el escenario más importante donde ha actuado?

—Sin ningún tipo de duda, en el Nuevo Estadio. Hace tiempo, mi profesora de canto y yo cantamos el tema Amigos para siempre adaptado a la ópera, en una gala en el Tinglado. Casualmente, había el presidente del Nàstic, que nos propuso abrir la fiesta de ascenso a Primera División, el año 2006, con una adaptación a ópera del himno del club. Cantar en medio del Nuevo Estadio y rodeado de 14.000 personas fue demasiado.

—¿En qué momento se encuentra la ópera?

—Actualmente hay muchos grupos que incorporan áreas reconocidas a su repertorio, a lo cual ayuda a conocer el mundo de la ópera.

—¿Y en Tarragona?

— Aquí tenemos artistas muy reconocidos internacionalmente, como es el caso de Àngel Òdena o Marta Mathéu.

—Usted también forma parte del equipo de voluntarios de los Juegos Mediterráneos.

—Sí. La noticia del aplazamiento me causó un gran impacto emocional. Hace siete años que estoy dentro del proyecto y, a pesar del aplazamiento, el equipo de voluntarios continuamos con ganas e ilusión. Seguiremos trabajando.