El belén del Santuario del Loreto incorpora imágenes reales del mar

El belén que desde el año 1981 abre sus puertas en el Santuario de la Virgen del Loreto ha introducido novedades gracias a la tecnología en la edición de este año. El padre rogacionista Carmelo Capizzi, pesebrista desde 1978, ha aportado a algunos dioramas nuevas imágenes reales e, incluso, nieve. A través de una de las ventanas de una casa se ve el mar en movimiento en la playa de la Arrabassada, en otra escena se simula una cascada de la Font del Llorito y en otras la nieve y la lluvia hacen acto de presencia.

Los trece dioramas tienen su pequeña historia. Uno de los primeros de la colección lo realizó quien fue director de Radio Tarragona, Enric Bassas, «un buen pesebrista que pintaba muy bien». «Empecé a hacer belenes en 1978 y en mi estancia en Filipinas, de veinticuatro años, Bassas siempre me enviaba información relacionada con belenes», dijo el padre Carmelo. El diorama de Bassas representa la Anunciación. «En el fondo se ve la montaña de Montserrat», comentó, para añadir que «él hacía los dioramas al estilo catalán, que son diferentes de los de Italia». «Aquí se trabaja la escayola y aprendí esta técnica», explicó Capizzi.

Cuatro de los trece dioramas que ahora se exponen en el belén del santuario fueron donaciones. En el resto hay la mano de Capizzi y, en muchos, la colaboración del padre Mario Buonnano. «Uno de los primeros que hice, el de la Adoración, es de 1979. Ahora he introducido una imagen viva de la playa de la Arrabassada que se ve a través de una ventana y causa un gran impacto a la gente que lo ve». En otro diorama se observa de fondo la Torre dels Monges y el Pretori, y el del Anuncio de los Pastores es una reproducción del cuadro de Murilllo. También es espectacular el diorama que relata la Huida de Egipto. La escena se desarrolla en un templo egipcio, donde «incluso los jeroglíficos son copiados de originales», y en el fondo se reproduce una pirámide.

Carmelo Capizzi comenta que «al margen del tema religioso, el belén es una forma de introducirnos en el misterio de la Navidad. El belén que exponen los Padres Rogacionistes se puede visitar hasta el 2 de febrero.