Patrimoni
El teatro romano de Tarragona se integrará en un gran parque arqueológico en la parte baja
La primera fase de los trabajos de recuperación y museización de los restos tiene un plazo de ejecución de 15 meses
Esta semana han empezado los esperados trabajos de recuperación del teatro romano de Tarraco, en la parte baja de la ciudad de Tarragona. El monumento, que fecha del siglo I aC y está incluido en el listado de patrimonio mundial de la Unesco, se encontraba cerrado al público y en estado de abandono. La primera fase de los trabajos, con un plazo de ejecución de 15 meses y un coste de poco más de 750.000 euros, permitirá recuperar y musealizar los restos. Una de las actuaciones más destacadas será la instalación de una gran estructura metálica que mostrará al visitante la envergadura que tenían los primeros sectores de la cavea -la gradería-, en su escala original y en tres dimensiones. Posteriormente, se quiere integrar la parcela del teatro, de cerca de 6.000 metros cuadrados, en un gran parque arqueológico visitable que se extenderá hasta los baños de Sant Miquel. El proyecto también prevé la construcción de un equipamiento, la supresión de muros perimetrales y la integración de los viales del entorno.
Desde el lunes pasado, los operarios y la maquinaria llevan a cabo trabajos de excavación arqueológica en el recinto del teatro romano de Tàrraco. Las obras, enmarcadas en la primera fase del proyecto de recuperación del yacimiento, también incluirán una «restauración minuciosa» de los restos arquitectónicos y la instalación de los elementos de interpretación, según ha señalado este miércoles Xavier Llovera, jefe de la división de actuaciones en museos y monumentos de la Agencia Catalana de Patrimonio y director en funciones del MNAT.
Precisamente, el equipo del arquitecto Toni Gironès ha planteado la instalación de una estructura metálica para recrear la escala y la geometría de los primeros sectores de la cavea. Actualmente, sólo resta de pie una pequeña parte de la que había sido la gradería del equipamiento. El elemento de hierro tendrá una anchura que podría llegar a los 40 metros y se levantará, también varios metros. «La mejor posibilidad de interpretación es en tres dimensiones, con una estructura que visualice la monumentalidad de uno de los edificios mayores de la Tàrraco romana», ha defendido Llovera, a pesar de algunas críticas por el impacto visual que supondrá el montaje. Según ha indicado el arquitecto del proyecto, Toni Gironès, el elemento metálico pretende ser «lo más ligero posible» y dispondrá de roqueras y plataformas para los visitantes.
Como ha recordado Gironès, los restos del teatro se descubrieron hace 130 años y, hasta la actualidad, el espacio ha sido ocupado por dos naves de fabricación de aceite y se llegó a proyectar un gran proyecto residencial que se detuvo a finales de la década de los setenta. El proyecto arquitectónico apuesta por actuar también sobre los viales y calles perimetrales, convirtiéndolos en zonas para peatones, y suprimir muros que limitan la visión desde el exterior. La segunda fase de las actuaciones prevé la construcción de un equipamiento polivalente en la esquina de las calles Caputxins y Sant Magí. Con dos plantas, aprovechando el desnivel que marca la roca, la Generalitat prevé situar un centro de interpretación en la planta baja, mientras que el Ayuntamiento dispondrá de la segunda. Arriba del todo, se prevé un mirador. Según Gironès, el «gran vacío urbano» que supone a día de hoy el teatro permitirá «darle la vuelta a Tarragona» y poner en valor «una parte sur que siempre ha estado desconectada de la parte norte».
En conjunto, esta segunda fase plantea crear «un gran parque arqueológico dentro de la ciudad», que abarcaría desde la parcela del teatro -que es propiedad de la Generalitat- hasta los baños de Sant Miquel, que actualmente restan ocultos. «El proyecto forma parte de un concepto más amplio de ligar la Parte Alta, donde se concentra la mayoría del patrimonio mundial, con la parte de la Necrópolis», ha añadido Llovera. El Ayuntamiento negocia con varios propietarios para liberar varias parcelas en torno al teatro que posibiliten la conexión.
Un presupuesto de más de 1,5 millones de euros
El coste total de la primera fase de las obras se sitúa en cerca de 752.000 euros. De estos, el proyecto arquitectónico y el arreglo de los restos se ejecutarán por un importe de casi 430.000 euros, financiados a medias por el 1% Cultural del Ministerio de Fomento y el Departamento de Cultura de la Generalitat. A su vez, la Generalitat también asumirá los 148.000 euros del proyecto de conservación y restauración; los 123.000 de la excavación arqueológica y 57.000 euros para reparar una grieta en la calle Caputxins. Con la segunda fase, se prevé que el proyecto supere, en conjunto, los 1,5 millones de euros.
Llovera ha indicado que, una vez finalicen las primeras actuaciones, dentro de un año y tres meses, el recinto se podría abrir a visitas concertadas, después de que el espacio haya estado durante décadas en estado de abandono. La intención del Ayuntamiento -que gestionará el espacio- y de la Generalitat, según ha indicado el director en funciones del MNAT, sería que el parque arqueológico abriera durante el día y cerrara durante la noche, que fuera gratuito y que sólo hubiera que pagar entrada para acceder al centro de interpretación.