Los vecinos de la Parte Baja alertan del peligro por fachadas en mal estado

Los vecinos de la Parte Baja de Tarragona reivindican ser escuchados. Y es que creen que andar por las aceras del barrio es peligroso, a causa del mal estado de algunas fachadas de la zona. «Cuando pase alguna desgracia, entonces tendremos que correr. Vale más solucionarlo antes», asegura Rosa Puig, presidenta de la Asociación de Vecinos del Barrio del Puerto. La entidad hace meses que reivindica que las administraciones y los particulares «se comprometan a arreglar las fachadas» y así evitar sucesos, como por ejemplo el del pasado mes de noviembre, cuando tres familias fueron desalojadas del edificio número 15 de la calle Real por desprendimientos en el techo. Actualmente, el bloque está precintado y hay vallas que entorpecen el paso de la acera. «Cerrar la zona no es solución, porque tenemos que pasar por la carretera y es un peligro añadido, asegura Puig, a quien añade que el propietario tiene que hacer frente al problema».

La presidenta explica que «ahora es el momento de centrarnos en la zona del Palacio de Congresos». Es por eso que Puig denuncia el escenario de la calle Pau del Protectorat, donde la parte de atrás de un edificio de la calle Unión provoca desprendimientos y, como consecuencia, el propietario ha tenido que poner unas vallas en medio de la calle. Cerca de la zona, la Pedrera, situada al lado de las escaleras del Palacio de Congresos, «también sufre desprendimientos y supone un peligro para aquellos que quieren acceder al barrio o bien subir hacia el centro y se encuentran con estas faltas», dice Monte.

Las palomas y otras plagas también se aprovechan del mal estado de las fachadas, causando molestias entre los vecinos de la zona. Este es el caso del balcón situado en la calle Barcelona con esquina Apodaca, donde una red que rodea el balcón se ha convertido en una trampa para las palomas que acaban muriendo. Una situación similar se vive en la calle Real, donde el interior de unos antiguos comercios de comestibles está lleno de plagas de insectos y de ratas. «Los vecinos tienen miedo de bajar la basura, ya que las ratas se pasean por aquí», explica Puig.

En la calle Pau del Protectorat, también hay un edificio abandonado con las ventanas abiertas, lo cual provoca que las palomas se instalen en el interior. Casi todos los peatones, cuando pasan por la zona, levantan la cabeza y contemplan el mal estado del edificio que, antiguamente, era una escuela. Continuamos en la calle León. Concretamente, los números 12, 14 y 16. «Estos edificios están a punto de hundirse. Las cornisas caen poco a poco y el interior está apuntalado y pleno de basura, ya que la gente lo utiliza como vertedero», dice Puig. El edificio Mujer, situado en la calle Smith también se encuentra en mal estado. «El Smith es una de las calles más transitadas de la zona y cualquier día pasará alguna cosa», explica Puig. Finalmente, la presidenta pide que se rehabilite el muro que separa las escaleras mecánicas de la calle Vapor con las instalaciones de la antigua fábrica de la Chartreuse. «Me es igual quién sean los propietarios de todos estos edificios, lo que quiero es evitar una desgracia», concluye Puig.