Ballesteros: «He sido heredero de decisiones del pasado sobre el Mercado Central»

—Casi diez años de alcalde. ¿Cuál ha sido el peor momento de esta etapa?

—Lo peor ha sido, sin ningún tipo de duda, la muerte repentina del concejal Josep Lluís Navarro, el concejal de Urbanismo, que sólo ejerció cuatro meses. Cuando llegan los pilares caminando al Ayuntamiento no puedo evitar pensar en él.

—¿Y lo mejor?

—Acabar las obras del Mercado Central, por ejemplo.

—¿Entonces porque no compareció con la concejala Elvira Ferrando, cuando anunció la fecha de inauguración del Mercado?

— Estaba en Tarragona y no asistí expresamente. Eso se ha trabajado entre la concejala Ferrando y los paradistas. Me pareció que aparecer a la rueda de prensa era ponerme una medalla que no me correspondía.

—¿Qué significa la apertura del Mercado Central para Usted?

—Un peso que me saco de encima. Algunos videntes decían que sería mi Jaume I. Afortunadament no ha sido|estado así.

— ¿Porque se ha tardado diez años en construirlo?

—Los equipamientos centrales son complejos. Aun así, quiero destacar que yo nunca hubiera trasladado a los paradistas en un entoldado provisional sin antes tener un proyecto claro. Se trata de una herencia del pasado que he tenido que asumir.

—¿Qué quiere decir?

—Cuando llegué al Ayuntamiento no había proyecto de excavación arqueológica ni proyecto de derivación de servicios, y los paradistas ya estaban fuera. Según mi opinión, sólo tendrían que haber estado en el entoldado cinco años, no diez. Pero soy heredero de unas decisiones y me he tenido que hacer cargo de las consecuencias.

—¿Qué se hará con el entoldado provisional?

—Es muy difícil reaprovecharlo. Está deteriorado. Volver a instalarlo es poco viable.

—¿Puede confirmar que la empresa constructora del mercado no respondió como imaginabais?

-Isolux Corsan tuvo problemas económicos. Las obras nunca se detuvieron, pero sí que es cierto que se moderaron porque la constructora no pagaba a los proveedores.

— ¿Habrá criterios unificados para los marchantes cuando se trasladen a la plaza Corsini?

—Sí. El mercadet tendrá que tener una armonía estética y los negocios estarán agrupados por actividades.

—¿Qué le diría a aquellos comerciantes de los alrededores del Mercado que han tenido que cerrar el negocio?

—Siempre he dado la cara delante de ellos. Les he pedido perdón en nombre de la ciudad y les he dado ánimos. El periodo transitorio ha sido duro, pero el premio final es buenísimo.

—El año 2019 hay elecciones. ¿Se volverá a presentar?

—No lo tengo decidido, pero no lo descarto. Primero quiero mantener converdaciones con los ciudadanos y miembros del partido para ver qué nivel de apoyo tengo.

—Si no se presenta Usted, ¿Quien puede ser un buen candidato?

—Tenemos gente muy buena. Hay tres o cuatro hipotéticos candidatos.

— ¿Quienes son?

—Eso no lo diré.

—¿Qué ha significado para Usted ser el alcalde de Tarragona?

—Hacer realidad un sueño, que no he tenido desde pequeño. De hecho, fue una casualidad, no un objetivo. Mi finalidad era formar una familia y hacer una carrera, pero poder dedicarme a mi ciudad es el honor mayor que un tarraconense puede tener.

—¿Cuando acabe su mandato, qué hará?

—Volveré a mi trabajo de pedagogo en el ONCE. Me guardan el sitio la antigüedad.

— Hay quien dice que ha llegado su fin de ciclo.

—Me encantan estos pitonisos. Eso ya lo dijeron hace un año y medio y todavía estoy aquí. Que sigan haciendo apuestas. Me gusta que piensen en mí, pero tendrían que pensar más en la ciudad.

—¿Está convencido de su inocencia en el caso Inipro?

—Absolutamente.

— ¿Porque cree que lo están investigando?

— No lo sé. Yo sólo firmé unos decretos que tenían la advertencia de legalidad. Si no los firmaba me decían que incurría en un delito de enriquecimiento injusto por parte de la administración. ¿Qué es lo que tenía que hacer?

—¿Ha leído el auto del juez en el cual se reflejan una serie de correos entre Begoña Floria y su exjefe de gabinete, Gustavo Cuadrado?

—Sí.

—¿Conocía el contenido de estos correos?

—No, cómo tampoco conocía Inipro. Yo no puedo conocer las 400 empresas con que tenemos contratos. Sólo conozco las mayores.

—Los ciberactivistas coinciden con empleados de Inipro.

—Los ciberactivistas son voluntarios. Son muchos y, en este caso, sólo había tres que trabajaban para Inipro. ¿No pot ser del PSC tienes que dejar de trabajar, no?

—¿Confía en la justicia?

—Sí. El único patrimonio que tengo es mi honestidad.

—¿Porque no acompañó a Florecía durante su declaración ante el juez?

—Así nos lo pidió ella. Dijo que quería dar normalidad y cotidianidad al tema. Confío plenamente en ella.

—¿Cómo vivió personalmente el aplazamiento de los Juegos Mediterráneos?

—Mal, no queríamos que pasara. Fuimos a Orán a decir la verdad, que era que no habíamos obtenido las garantías suficientes por parte del Estado para conseguir el presupuesto operativo y la inversión de tres millones de euros. Fue un mal trago, pero me sentí confortado por las palabras del presidente del COE, que dijo que Tarragona y su comité organizador habían demostrado estar a la altura y que seguían confiando en nosotros. Por eso nos permitieron aplazar el acontecimiento.

—¿De verdad Usted no veía a venir que no llegaría el dinero?

—Hasta cinco o seis días antes de ir a Orán, no. Estaba convencido de que lo salvaríamos.

—¿Qué pasó en el último momento?

—La pura incapacidad de un gobierno en funciones. Fue durísimo. Pero demostraremos que nosotros éramos capaces de hacerlo: en junio, los equipamientos estarán terminados.

— ¿Usted es el responsable del aplazamiento?

—El máximo responsable. Pero la culpa no es mía.

—El día que anunció el aplazamiento ante los medios de comunicación mostró una actitud prepotente.

—Quizás fue porque tenía la conciencia muy tranquila. Lo había intentado todo. No sabéis la cantidad de viajes a Madrid que llegué a hacer. Además, aquella rueda de prensa no fue agradable para mí.

—¿Qué le hace pensar que este año haya partida para los Juegos?

—Tenemos un gobierno que ya no está en funciones.

— ¿Cómo valora el trabajo de Javier Villamayor?

—Un trabajo bueno en un momento muy difícil.

—Un año del pacto de gobierno. ¿Cómo lo valora?

—Con un notable.

—¿Qué diferencia hay entre Alejandro Fernández y José Luis Martín?

-Alejandro Fernández es un animal político, inteligente, intuitivo y una persona de fiar. José Luis Martín no es un animal político, es un gran profesional de la abogacía y un político con una gran trayectoria. Es un trabajador nato y muy bueno amigo.

—¿El PSC tarraconense mira hacia la derecha?

—No, mira hacia la ciudad. Durante la campaña electoral, ya dije que pactaría con quién quisiera sacar la ciudad adelante. Me reuní con todo el mundo, menos con la CUP.

—¿Por qué?

—El objetivo de la CUP es romper y lo mío es construir. Es imposible pactar con ellos.

— ¿El pacto tiene algún punto débil?

—No lo sé ver.

—¿Cree que Laia Estrada tiene que dimitir por el caso Bershka?

—Yo no doy lecciones de moral a nadie.

—¿Cuándo empezarán las obras del Corredor del Mediterráneo?

—No lo sé, pero soy muy escéptico en este caso. No me creo nada. La ministra Pastor dijo que las obras estarían listas a finales del 2015. Y todavía no han empezado. Seguiremos reivindicando, pero que no me hablen de plazos, por favor.

—¿Sabe en qué momento se encuentran las obras de mejora de la estación de tren?

—Al 30%. Más o menos en el plazo adecuado.

— ¿Cuándo podrá decidir la ciudadanía sobre el pavimento de la Rambla Nova?

— Cuatro o cinco meses antes de inaugurar la plaza Corsini.

— ¿Cómo, personalmente, le gustaría que fuera?

—Mi opinión es poner hormigón pretensado que imita las baldosas, pero a la vez es rugoso. Creo que es la mejor solución.

—¿Qué más podrá decidir la ciudadanía?

—Una parte de los presupuestos de inversiones de la ciudad

—¿Está a favor de un referéndum por la independencia?

—Estoy a favor de una consulta sobre la modificación constitucional, pero no de un referéndum unilateral e ilegal.