Diari Més

«Con el Brexit, ha crecido el odio hacia el inmigrante»

Sólo llegar a Brighton, Sáez se puso en contacto con el sindicato anarquista Solidarity Federation

La joven tarraconense es graduada en Trabajo Social.

«Con el Brexit, ha crecido el odio hacia el inmigrante»Cedida

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Aurora Sáez Rodríguez hace tres años que vive en Brighton (Reino Unido). Ha trabajado de camarera y en un centro para personas con diversidad funcional.

—¿Cómo ha sido su trayectoria profesional hasta ahora?

—Con respecto al trabajo en el Reino Unido, empecé trabajando de camarera en un restaurante. Estos trabajos, aunque son precarios, me permitieron aprender inglés y conocer gente que se encontraba en una situación similar a la mía. Este último año he podido disfrutar de más estabilidad, en un trabajo en un centro de día. Cobraba más y me he podido permitir tener más tiempo libre.

—¿Qué motivos la llevaron a marcharse de casa para ir a vivir al extranjero?

—Cuando acabé mis estudios, y ante la perspectiva de no encontrar un trabajo en mi ciudad, decidí que el Reino Unido sería una buena opción para poder trabajar y a la vez aprender inglés.

—¿Fue muy sorprendente el cambio o fue, más o menos, tal como se lo había imaginado?

—No noté un gran cambio. Ya había estudiado fuera de mi ciudad, y cambiar de casa no me cuesta demasiado. La sorpresa fue más bien buena, porque he tenido la oportunidad de conocer personas que se encuentran en una situación similar de cambios y, eso, ayuda a cerrar filas. Sólo llegar me puse en contacto con el sindicato anarquista Solidarity Federation, aquí sí que me llevé una sorpresa (buena también) ya que casi la mitad de la gente eran inmigrantes.

—¿Cuáles son las principales diferencias entre Brighton y su casa?

-Brighton es una ciudad en movimiento. Está lleno de estudiantes que van y vienen, y hay mucha inmigración, principalmente de Polonia, Italia y España. Es muy diferente de Tarragona, donde casi todo el mundo se conoce. Los horarios no varían demasiado, aunque algunos compañeros ingleses se quejan de vez en cuando de los horarios cuando hacemos cenas y no empezamos antes de las ocho. Con respecto a la comida, como es una ciudad con gente de todo el mundo, en los mercados puedes encontrar de todo. También tengo que decir que en el Sindicato tenemos un huerto colectivo, y eso ayuda mucho, incluso plantamos calçots el año pasado. Brighton es de las ciudades más caras del Reino Unido, y no cuenta todavía con el Living wage, un salario mínimo que en Londres es más alto para compensar el encarecimiento del alquiler.

—¿Cuáles son los lugares más característicos de su nueva ciudad de acogida?

—El primero que se tendría que visitar sólo llegar es el Cowley Club, un centro social donde podrás conocer todo lo que está pasando en la ciudad y, si tienes suerte y llegas en domingo, podrás probar el típico Sunday Roast, en este caso el fan vegano. Brighton está rodeado de naturaleza, el primer lugar donde me llevaron a mí fueron las Seven Sisters, acantilados con unas vistas impresionantes.

—¿Qué destacaría de la manera de trabajar del país?

—Crecen los contratos llamados de cero horas, donde el empresario decide las horas que trabajarás aquel día. Esta movilidad de trabajadoras y la precariedad de los trabajos en muchos casos, dificulta la organización en el puesto de trabajo.

— ¿Cómo se está viviendo la crisis en su país de residencia?

—El cambio más destacable en los últimos meses ha sido el Brexit. Aunque todavía no se han llevado a cabo cambios en la legislación, podemos ver cómo socialmente el odio al inmigrante está creciendo. Otro cambio notable son los recortes en sanidad y educación, en Brighton hemos podido participar en una decena de huelgas.

— ¿Qué es lo que más echa de menos de casa?

—El sol, el calor, y poder bañarme en la playa en verano.

—¿Qué costumbre del país actual se llevaría hacia Cataluña?

— La música en directo en todas partes.

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