Josep Mª. Milà: «Además de ser honrado, también lo tengo que parecer»
El concejal de Urbanismo asegura que «siempre me he abstenido en las decisiones que se han tomado durante la tramitación del plan de la Budellera»
Josep Maria Milà es concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Tarragona, desde el año pasado. Nació el año 1945 en Tarragona y estudió arquitectura a la Universitatde Barcelona. Milà fue propietario de un despacho de arquitectos muy conocido en la ciudad. Asegura que le han ofrecido, en más de una ocasión, entrar en el Ayuntamiento como concejal, «pero he esperado a jubilarme para dar el paso definitivo», asegura. A pesar de encargarse de Urbanismo, no habla de la Budellera...
—¿Cómo está viviendo esta etapa de concejal?
—Tal como me lo imaginaba. Pero he descubierto que es necesaria una transformación profunda de la administración pública. Es importante controlar la actividad política, pero los obstáculos administrativos son excesivos.
—¿Qué ha sido lo mejor de este año?
—Vivir la problemática de los ciudadanos y saber cuáles son sus deseos.
—¿Y lo peor?
—Sin ningún tipo de duda, este último tramo con la polémica de la tramitación de la Budellera. Sigo manteniendo que siempre me he abstenido, desde el primer día.
—En la última sesión plenaria, se levantó de su lugar cuando se empezó a hablar de la Budellera.
—Lo he hecho más de una vez. No quiero saber nada.
—¿No es un poco incoherente que el concejal de Urbanismo no quiera saber nada del plan?
—Éstas son las circunstancias. El Ayuntamiento estableció, desde el primer día, que yo era incompatible. Además de ser honrado, también lo tengo que parecer.
—¿Usted no se reúne ni con vecinos afectados de la Budellera ni toma ninguna decisión con respecto a la tramitación?
—No.
—¿Piensa que ha habido personas que han utilizado su error para hacerle daño?
—Yo no tengo experiencia política y estas cosas marean mucho. Supongo que está incluido en el sueldo.
—¿Con qué otro concejal tiene más amistad?
—Con Javier Villamayor. Pasamos muchas horas juntos, contemplando y hablando de las instalaciones de los Juegos. Seguimos las obras de la Anilla con satisfacción.
—Desde el punto de vista urbanístico, ¿cuál será el legado que dejarán en la ciudad los Juegos?
—En el plan general del año 1985, el primero de la democracia, liderado por el alcalde Recasens, ya se preveía que esta pieza urbanística estaba destinada a equipamientos deportivos y a espacio de ocio. La intención era cohesionar los barrios de Ponent.
—Han pasado treinta años.
— El urbanismo es una cosa de paciencia y de años, la historia de la ciudad no se hace de un día para el otro. Ahora la ciudad contará con un parque de treinta hectáreas y un palacio de deportes, entre otros.
—¿Cuándo se inaugurará Ikea?
—La empresa dice que abrirá puertas durante el verano del 2018. El Ayuntamiento está haciendo todo lo que tiene al alcance para que eso sea así. Ikea ya ha pedido la licencia de obras. Todavía no la podemos dar porque para ir bien cuando se edifique la tienda, se tiene que urbanizar la zona. Eso es lo que se denomina ejecución simultánea. Mientras edifican, urbanizamos.
—¿Cómo será el barrio que acompaña Ikea?
—El Ayuntamiento será propietario de suelo para hacer aproximadamente 200 viviendas de protección pública con precios asequibles. Tiene que ser un barrio que sirva para cohesionar Ponent y disfrutará de un parque de ocio de treinta hectáreas.
—¿Qué nombre recibirá?
— Nos gusta barrio de los Juegos. No queremos que se acabe llamando el barrio de Ikea.
—¿Cuándo se abrirán los jardines del Banco de España?
—Yo propuse que mientras no se dé un uso definitivo del edificio, se tiene que abrir el jardín, para que los puedan disfrutar los ciudadanos. El proyecto está casi finalizado y antes de acabar este primer trimestre ya habremos licitado las obras. Se trata de una inversión mínima, unos 8.000 euros aproximadamente: abrir la puerta, poner rampas para evitar caídas y colocar más bancos y mejor alumbrado.
—¿Se eliminará la valla perimetral?
—Mi opinión es que se tendría que sacar, ya que el jardín tiene que estar integrado en la ciudad. De momento se quedará. Hay quien dice que es un elemento protegido.
—¿Existe un problema de pisos turísticos ilegales en la Part Alta de la ciudad?
—No, todavía no. Tenemos la relación exacta de viviendas turísticas legalizadas. Hay 300, repartidas por diferentes puntos de la ciudad. Hemos pedido a la Plataforma Farts del Soroll que colaboren para detectar si hay algún piso ilegal. Nosotros estaremos a tiempo y trabajaremos para evitar problemas.
—¿Qué es lo que hacéis?
—De momento, en la modificación que estamos llevando a cabo del plan general del centro histórico, incorporaremos una regulación sobre los pisos turísticos.
—¿Cuándo saldrá a concurso el plan de usos de la Tabacalera?
—Actualmente nos encontramos elaborando las bases para poder encargar el plan de usos. Es decir, a fin de que nos hagan un proyecto, primero necesitamos tener claro qué queremos poner en la Tabacalera. En la nave central habrá el Museu Arqueològic y la Biblioteca. También habrá espacios para archivos provinciales, de la Generalitat y de la ciudad. Además, el Ayuntamiento apuesta por incorporar en el proyecto un espacio autogestionado. El plan de usos también tiene que incluir una propuesta arquitectónica.
—¿Conoce la plataforma Oppida?
—Sí. Nos hemos comprometido con ellos que los tendremos en cuenta en el plan de usos con respecto al proyecto de centro autogestionado. Eso sí, primero se tienen que legalizar como asociación. El Ayuntamiento tiene la voluntad de que haya un espacio autogestionado en la Tabacalera y, como ellos dicen, el módulo 6 es el más adecuado. Lo decidiremos cuando llegue el momento.
—Pero todavía falta mucho.
—Por eso les propusimos que, mientras tanto, podían contar con la segunda planta del nuevo local de los Xiquets del Serrallo, pero ellos se pensaron que los despreciábamos.